Aas 11:12 de la noche Alfredo del Mazo Maza hizo su segunda aparición pública cuando el conteo rápido del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) daba una ligera ventaja a Delfina Gómez Álvarez.
“Está con nosotros aquí el hombre que se preparó, que luchó para conseguir el triunfo -dijo el maestro de ceremonias–. Una porra fuerte. No se oye. ¡Vamos¡ Es así como recibimos y mostramos la unidad los priistas del Estado de México. Recibimos a nuestro amigo Alfredo del Mazo: fuerte, no se oye, fuerte”.
El candidato del PRI trató de mantener un ánimo triunfalista en uno de los peores escenarios para el partido que mantuvo un dominio absoluto de más de 88 años no sólo en el gobierno sino en los municipios y en el Congreso local.
“Mi gobierno, el que yo encabezaré será de unidad, donde quepan todos”, dijo el candidato vestido con un chaleco rojo y una camisa blanca.
Estaba arriba de un templete instalado en la explanada de la sede local del partido en la capital de la entidad.
Por la tarde, antes de las 19:00 horas, salió acompañado de Ernesto Nemer, su coordinador de campaña, y Jorge Ramírez Marín, vicecoordinador del PRI en la Cámara de diputados federal como principales figuras de su instituto político.
En ese momento agradeció el apoyo de los electores que le dieron el voto y dijo que todas las encuestas de salida le daban el triunfo, pero no ofreció números ni aceptó preguntas.
“Es una fiesta para la democracia”, dijo como parte de un discurso de apenas dos minutos y se marchó.
Y por la noche tampoco se refirió a Delfina, quien reclamaba el triunfo, ni habló de números.
“Es momento de trabajar por el Estado de México, por la unidad de todas las voces expresadas, las que nos respaldaron, las que no nos respaldaron, las que no se expresaron”, dijo.
Por Alejandro Sánchez