La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, expresó una enérgica condena contra China tras conocerse que el país asiático ejecutó a cuatro ciudadanos canadienses a principios de este año.
Según Joly, los ejecutados poseían doble ciudadanía y enfrentaban cargos relacionados con actividades criminales vinculadas al tráfico de drogas, de acuerdo con las autoridades chinas.
La ministra afirmó que tanto ella como el exprimer ministro Justin Trudeau intervinieron personalmente en los casos, aunque no reveló detalles sobre la identidad de los ejecutados, debido a la solicitud de privacidad de las familias afectadas.
"Por supuesto, nuestros corazones y mentes están con las familias", señaló.
Joly aseguró que Canadá continuará colaborando con China para buscar clemencia en casos similares, mientras el país enfrenta el desafío de equilibrar su defensa de los derechos humanos con las complejas dinámicas diplomáticas con Beijing.

Charlotte MacLeod, portavoz de Asuntos Globales de Canadá, reiteró la postura del país contra la pena de muerte, afirmando que Canadá "se mantiene firme en su oposición al uso de la pena de muerte en todos los casos y en todas partes".
MacLeod confirmó que el gobierno sigue brindando asistencia consular a las familias de las víctimas, cuyos nombres no han sido divulgados.
Por su parte, la embajada de China en Ottawa defendió las ejecuciones, argumentando que "quien viole la ley de China debe rendir cuentas de acuerdo con la ley", según reportó CBC News, tras contactarlos por correo electrónico.
La embajada destacó la política de "tolerancia cero" de China hacia los delitos relacionados con las drogas, asegurando que los casos se manejaron conforme a la legislación y que los derechos de los canadienses fueron plenamente garantizados. Aunque no se proporcionaron detalles sobre las identidades ni los delitos específicos, la embajada afirmó que las pruebas contra los ejecutados eran "sólidas y suficientes".
La embajada china también rechazó las críticas de Canadá, instando al gobierno canadiense a "respetar el estado de derecho y la soberanía judicial de China" y a cesar las "declaraciones irresponsables" si desea mejorar las relaciones bilaterales.
"Canadá debería trabajar en la misma dirección con China y promover conjuntamente el desarrollo de las relaciones entre ambos países con acciones concretas", agregó el comunicado.
Las ejecuciones agravan aún más las ya tensas relaciones entre Canadá y China, que se deterioraron tras la detención en 2018 de los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor por parte de Beijing, en aparente represalia por el arresto en Vancouver de Meng Wanzhou, exdirectiva de Huawei.
El crítico conservador de asuntos exteriores, Michael Chong, calificó las ejecuciones como "injustas" y señaló que son evidencia de un sistema judicial chino "altamente politizado". En una publicación en X, Chong escribió: "La ejecución de varios canadienses en tan poco tiempo no tiene precedentes y es una clara señal de que Pekín no tiene intención de mejorar las relaciones con Canadá".
En un caso relacionado, Canadá sigue abogando por la clemencia para Robert Schellenberg, un ciudadano canadiense condenado a muerte en 2019 por presunto contrabando de 222 kilogramos de metanfetamina. Aunque Schellenberg no parece estar entre los ejecutados recientemente, su caso sigue siendo un punto de fricción.
"Canadá continúa abogando por el indulto para Robert Schellenberg y le brinda asistencia consular a él y a su familia", afirmó MacLeod.