El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue internado este lunes en una clínica en Orlando, Estados Unidos, por dolores abdominales, horas después de los actos antidemocráticos en Brasilia, reportó la prensa brasileña.
Bolsonaro, quien dejó Brasil a fin de diciembre y evitó así participar de la ceremonia de toma de posesión de su sucesor Luiz Inácio Lula da Silva, fue internado en el hospital AdventHealth Celebration, precisó el diario O Globo.
El exmandatario ultraderechista fue sometido a varias cirugías por dolores abdominales luego del atentado que sufrió en 2018, cuando fue apuñalado durante un mitin.
En uno de sus últimos mensajes públicos en Twitter el domingo, Bolsonaro rechazó cualquier vínculo con los actos golpistas en la capital que causaron destrozos en las sedes de los tres poderes.
Gobierno de Brasil busca castigar a los que atacaron edificios oficiales
Las autoridades brasileñas prometieron proteger la democracia y el lunes se preparaban para imponer castigos después de que miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial y causaran destrozos en las principales sedes de poder del país.
Los manifestantes del domingo reclamaban una intervención militar que reinstaure al ultraderechista Bolsonaro en el poder o expulse al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, recién instalado en el cargo, en escenas de caos y destrucción que recordaban a la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.
Alborotadores vestidos con los colores verde y amarillo de la bandera nacional rompieron ventanas, derribaron muebles y arrojaron computadoras e impresoras al suelo. Agujerearon en cinco puntos un enorme cuadro de Emiliano Di Cavalcanti, volcaron la mesa con forma de U donde se reúnen los jueces del Supremo Tribunal Federal, arrancaron la puerta del despacho de un juez y vandalizaron una emblemática estatua ante la corte. Los interiores de los edificios monumentales quedaron en estado de ruina.
En una conferencia de prensa el domingo por la noche, el ministro de relaciones institucionales dijo que se inspeccionarían los edificios para buscar pruebas como huellas dactilares e imágenes para que la gente rindiera cuentas, y señaló que los alborotadores al parecer pretendían emprender acciones similares en todo el país. El ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que los actos equivalían a terrorismo y amenaza de golpe de Estado y que las autoridades habían empezado a identificar a las personas que pagaron los autobuses que llevaron a los inconformes a la capital.
Con información de AP y AFP.
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