Ferdinand Marcos Jr, hijo del dictador que estableció dos décadas de mandato brutal y corrupto en Filipinas, recuperó para su familia el poder de este archipiélago asiático con una aplastante victoria en las elecciones presidenciales de ayer.
Considerado "despreocupado y perezoso" por su padre, Marcos Jr, apodado Bongbong, aprovechó sus antiguas alianzas locales y el desencanto hacia los líderes políticos en este empobrecido país para devolver a la controvertida familia al poder.
Con 90% de las papeletas escrutadas, Marcos Jr doblaba los votos de su principal rival, la candidata liberal Leni Robredo, que seis años atrás le había arrebatado por poca distancia la posibilidad de ser vicepresidente de Filipinas.
Exiliado a EU con su familia, tras la caída del dictador hace 36 años y regresado después la muerte de su padre, Bongbong culmina así décadas de campaña para limpiar la imagen de los Marcos de las acusaciones de vulneraciones de derechos humanos y de corrupción.
Prometiendo unir al país, el hijo del fallecido dictador, de 64 años, centró su campaña en la lucha contra el desempleo y la inflación provocados por la pandemia en este archipiélago muy dependiente del turismo.
"La unidad es mi causa porque tengo la firme convicción de que es la primera etapa hacia una salida de la crisis", dijo Marcos Jr durante el lanzamiento de su campaña electoral en febrero.
PAL