El embajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, denunció ayer que en su país hay una "dictadura" donde no existen libertades, una acusación que fue rechazada por el gobierno de Daniel Ortega, que desautorizó al funcionario y aseguró que no le representa.
McFields destacó la existencia de "poderes fácticos" en su país, donde Ortega ganó un cuarto mandato consecutivo en noviembre pasado con todos sus rivales presos y la disidencia callada o en el exilio.
"Tengo que hablar, aunque tenga miedo, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos", expuso.
Su postura fue catalogada como "éticamente correcta" por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, e incluso, le ofreció protección.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense respondió que su representante ante la OEA es Francisco Campbell, actualmente embajador en EU.
El diplomático nicaragüense dijo hablar "en nombre de más de 177 presos políticos".
PAL