Desde hace unos días, Turquía sufre una histórica ola de calor que ha provocado una gran cantidad de incendios forestales. De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA), la temperatura a nivel de suelo subió por encima de los 50 °C por segunda vez en un mes.
Bajo este contexto, un granjero llamado Mevlut Tarim contó una terrible tragedia: cómo vio morir quemada a su vaca. El hombre de 67 años, se considera afortunado de haber sobrevivido a los incendios que devastaron amplias zonas del suroeste y dejaron ocho muertos.
"El fuego se desató en un momento. Vi a mi vaca morir quemada. Nunca vi nada igual. No lo puedes llamar fuego, era realmente como una bomba", dijo el granjero a la agencia 'AFP' después de alejar a sus asustados animales del humo que rodeaba su granja.
La historia de Mevlut Tarim se repite en boca de muchos de los testigos del más mortífero y destructor incendio que ha vivido Turquía en décadas. Y es que miles de cabezas de ganado murieron y parcelas enteras de abundante bosque que cubrían las colinas se convirtieron en palos esqueléticos y cenizas.
Según la agencia 'AFP', los angustiados criadores trataron de conducir a su ganado hacia las relativamente seguras costas de mar Egeo y del Mediterráneo. Pero en estado de pánico, los animales de granja son difíciles de guiar y el viento que azota las llamas hace que el fuego sea impredecible.
Lamentablemente, los bomberos, exhaustos tras intentar apagar incendios, empapando las ruinas de las casas o echando agua desde los aviones, no siempre llegan a tiempo para 'echar una mano' a granjeros como Mevlut Tarim u otros, que han perdido a ovejas.
Los científicos aseguran que estas olas de calor son un indicador inequívoco del calentamiento del planeta y que estos episodios se multiplicarán, alargarán e intensificarán en el futuro.