OBESIDAD

Contaminación, factor de obesidad infantil

El problema fue vinculado a la exposición al aire sucio, el ruido del tráfico

MUNDO

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SEÑAL. Es necesario desarrollar programas de promoción de la salud. Foto: REUTERS Créditos: REUTERS

Los niños y las niñas que viven en zonas urbanas de todo el mundo con altos niveles de contaminación en el aire, ruido y tráfico pueden tener un mayor riesgo de sufrir obesidad infantil, según una investigación publicada en la revista Enviroment.

En 2020, 158 millones de niños y adolescentes sufrían esta afección.Se espera que en 2030 esta cifra aumente hasta los 254 millones, según el "Atlas mundial sobre obesidad infantil".

El documento, en el que se calcula el riesgo de sobrepeso en 191 países, prevé que China (62 millones), India (27 millones) y Estados Unidos (16 millones) tengan el mayor número de niños que padezcan esta enfermedad a nivel mundial, en términos absolutos para 2030.

El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Institut Universitari d'Investigació en Atenció Primària (IDIAP Jordi Gol) analizaron datos de dos mil 213 menores, de entre 9 y 12 años, de Sabadell, en Barcelona, que participaban en los proyectos. 40% de los pequeños presentaba sobrepeso u obesidad, y los investigadores evaluaron la asociación entre los factores urbanos a los que estuvieron expuestosentre octubre de 2017 y enero de 2019.

El estudio se refiere a la contaminación ambiental, espacios verdes, densidad de establecimientos de alimentación no saludable y tráfico.

A la fecha, pocos estudios habían evaluado si el entorno urbano influenciaba el comportamientos de los menores.

El primer autor del estudio e investigador del ISGlobal e IDIAP Jordi Gol, Jeroen de Bont, afirmó que los niveles de contaminación del aire y tráfico "se asociaron con Índices de Masa Corporal más altos y con una mayor probabilidad de que el niño sufriera sobrepeso".

Los científicos plantean diferentes hipótesis: la contaminación del aire podría alterar los mecanismos moleculares que originan la obesidad, al inducir inflamación o estrés oxidativo, alteración hormonal y adiposidad visceral, aunque de momento los estudios se han hecho solamente en ratones.

El ruido podría influir en la privación del sueño y aumentar las hormonas del estrés, que están asociadas con el desarrollo físico de la infancia, y podrían aumentar el riesgo de sobrepeso u obesidad.

La investigación no encontró una relación entre el entorno urbano y el nivel de actividad física, comportamiento sedentario y otras conductas relacionadas con el peso de la población infantil.

Por Israel López Gutierrez

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