De acuerdo con el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), ”la primacía de Estados Unidos como potencia central está en decadencia", la hegemonía neoliberal está en crisis y en América Latina emerge un consenso por la hegemonía del Estado en la vida pública.
"Un Estado más vigoroso, más eficiente y más presente/protagónico para contrarrestar los efectos perversos del mercado es, cada vez más, un sentir mayoritario en las sociedades latinoamericanas", incluso en las consideradas históricamente como "'de derecha' o conservadoras", indica un reporte del grupo considerado como el Think tank de la izquierda regional.
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El economista español Alfredo Serrano Mancilla funge como director ejecutivo y tiene consejeros como Rafael Correa, expresidente de Ecuador; Álvaro García Linera, exvicepresidente de Bolivia; Héctor Díaz-Polanco, presidente de la Comisión de Honor y Justicia de Morena (México); Patricia Villegas, directora de TeleSur (Venezuela); y Maximiliano Reyes, subsecretario de la cancillería mexicana para América Latina y el Caribe.
De acuerdo con el análisis del grupo, bajo el título de América Latina en Disputa, sus encuestas indicaron en 2020 que 90% de los argentinos estaba a favor de un Estado mucho más presente y activo; y la opinión era compartida por 70% en Chile, 60% en México y 75% en Bolivia.
En particular, aseguró, el impuesto a las grandes fortunas es apoyado por mayorías en Argentina, Chile, México, Bolivia, Ecuador y Perú, así como la propuesta de una renta mínima, garantizar públicamente la salud y la educación como derechos, frenar las privatizaciones, suspender y renegociar el pago de deuda, etc.
"Además, en la mayoría de los países de la región, la banca, los grandes medios y el Poder Judicial cuentan con una imagen muy negativa", agregó.
En lo internacional, consideró, se configura "un ordenamiento geopolítico inestable" en el que nuevas potencias, como China, "adquieren cada vez más peso en la definición de las reglas de juego en el espacio global”.
En ese sentido, considera que se atisba "un incipiente reequilibrio donde no hay un único actor en el liderazgo internacional", sino múltiples polos de poder que compiten, y en ese sentido puso como ejemplo "el rol de China y de Rusia en la carrera por el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 y, en general, en la gestión de la pandemia".
Igualmente, considera que la democracia "no puede agotarse en el plano electoral-procedimental" y en ese sentido "la tarea fundamental para el progresismo y la izquierda es profundizar el sentido de la democracia hacia posiciones más sustantivas".
Según esa visión, "más democracia no es sólo celebrar elecciones o defender la independencia entre poderes del Estado –este último concepto como sentido común no contempla la independencia de esos poderes de los que no son públicos– sino que históricamente la democracia tiene que ver con la lucha por conquistar derechos que nos igualen en la capacidad de desarrollarnos plenamente".
De acuerdo con el análisis, "el progresismo y la izquierda han llevado adelante avances redistributivos en aquellos países en donde gobernaron" y que un objetivo primordial para las fuerzas progresistas sea reivindicar la bandera de la democracia, "resignificándola" en torno a objetivos políticos como la reducción de desigualdades y la expansión de derechos sociales, la equidad, la igualdad de oportunidades y la priorización de la vida sobre el mercado.
dza