El viaje de la vicepresidenta Kamala Harris a Guatemala y México es un reflejo de la preocupación política en Estados Unidos por el problema migratorio y el interés por hallar soluciones, pero también una expresión de desconfianza en los gobiernos de la región.
Formalmente, el objetivo es profundizar "nuestra asociación estratégica y relación bilateral con los gobiernos de Guatemala y México para avanzar en una estrategia integral para abordar las causas de la migración", dijo Symone Sanders, vocera de Harris.
Pero para muchos especialistas la situación es diferente. "(La visita) va a poner a prueba la política basada en valores" auspiciada por el gobierno de Joe Biden, comentó la analista Rebecca Hill-Chavez, exsubsecretaria de Defensa.
Para Michael Shifter, presidente del grupo Interamerican Dialogue, Harris "ha asumido una tarea muy difícil", la situación en Centroamérica "es extremadamente preocupante".
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Por José Carreño Figueras
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