El iridio es un metal que cada vez es más codiciado. Su resistencia a la corrosión y a las altas temperaturas son esenciales para la fabricación de motores de avión, catalizadores de autos o tuberías de aguas profundas, dispositivos médicos y electrónicos. Sin embargo, hay un problema: es muy escaso y se consigue de asteroides.
Como conseguirlo es toda una odisea, su precio ha crecido 131% en lo que va del año. Una onza cuesta hasta 6 mil dólares, lo que equivale a un valor tres veces mayor que el del oro y las perspectivas de analistas del sector es que seguirá creciendo.
¿Aumentará más su valor?
Es posible que llegue a cotizaciones estratosféricas, ya que se proyecta que se utilizará para producir hidrógeno, un elemento que es cada vez más demandado como fuente de energía limpia, en reemplazo de los combustibles fósiles.
La producción de iridio se vio afectada en 2020 debido al cierre de una planta de procesamiento administrada por Anglo American Platinum (Amplats) en Sudáfrica durante varios meses, lo que creó un déficit de oferta justo cuando la demanda estaba creciendo. En Sudáfrica produce entre el 80% y el 85% del iridio mundial.
Como se trata de un mercado monopolizado, cualquier paro en la producción puede ser fatal.
¿Las rocas espaciales son la solución?
El iridio tiene un tono blanco-plateado y una ligera coloración amarilla, es considerado comúnmente como un metal extraterrestre, porque abunda en los asteroides y es muy raro en la corteza terrestre.
Este material se descubrió en 1803, por un error, cuando investigadores limpiaban las impurezas del del platino natural, pero es tan raro que en la Tierra su extracción y consumo anual es de casi tres toneladas. Se comercia en pequeñas cantidades, pero es esencial para muchos procesos.
Tal vez sea momento de salir al espacio y cazar asteroides, porque según Heraeus Precious Metals, una de las refinerías de metales del grupo del platino más grandes del mundo, se espera que la demanda de iridio crezca con la creación de tecnología 5G, que lo necesitan.
msb
