Ninguna sorpresa. Nicaragua celebrará el domingo unas elecciones en las que el presidente Daniel Ortega, con sus rivales presos o exiliados, se apresta a confirmar su cuarto mandato consecutivo tras 14 años en el poder, bajo el riesgo de que parte de la comunidad internacional no lo reconozca.
Tres años y medio después de las protestas que exigían su renuncia y cuya represión dejó más de 300 muertos, Ortega, que cumple 76 años en una semana, tiene seguro otro gobierno de cinco años con su esposa Rosario Murillo (70), a quien llama "copresidenta", a la cabeza del exguerrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En las calles nadie lo duda. Ortega se enfrenta a cinco candidatos desconocidos y señalados de colaborar con el gobierno, tras el arresto de siete aspirantes presidenciales y la anulación de tres partidos opositores, en una ofensiva que desde junio encarceló a 39 políticos, empresarios, campesinos, estudiantes y periodistas.
Piden no votar
Organizaciones de nicaragüenses en el exilio instaron desde Costa Rica a sus compatriotas a abstenerse de votar para evitar la legitimación de lo que consideran una farsa del presidente Ortega.
"Llamamos a vaciar las calles este 7 de noviembre con el mismo valor y determinación con que la llenamos en 2018, esta vez quedándonos en casa y no votando en señal de nuestro total repudio a la dictadura", dice el documento.
PAL