Los habitantes de la Isla La Palma, en España, temían temblores más intensos, al tiempo que el volcán seguía escupiendo lava, cinco semanas después de entrar en erupción.
Un temblor de magnitud 4.9 grados estremeció la isla ayer, un día antes, uno de 4.6, informaron sismólogos. Cientos de sismos han inquietado a La Palma.
Hasta ahora, los movimientos telúricos habían sido muy leves o muy profundos.
"Desde el comité científico llevamos más de una semana avisando sobre la posibilidad de que puedan ocurrir terremotos, a la profundidad que se está produciendo últimamente, que es mayormente en el entorno de unos 12 kilómetros y con las magnitudes que se está alcanzando, se puede sentir terremotos con una intensidad de 6", declaró María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional de España en las Islas Canarias.
Los ríos incandescentes de lava emanados del volcán Cumbre Vieja han llevado a la evacuación de unas siete mil 500 personas y han destruido unas dos mil estructuras, en su mayoría viviendas. A su paso han arrasado unas 900 hectáreas de tierras agrícolas, aunque un trecho está desembocando en el Atlántico.
Nadie ha muerto a consecuencia del volcán y, aparte de un sector del oeste de La Palma, la vida por lo general continúa normalmente a excepción de las ocasionales cenizas volcánicas.
AP y EFE
CAR