La idea detrás de las vacunas de ARN mensajero contra Covid-19 podría ser la puerta para el tratamiento de otras infecciones y enfermedades, por ejemplo, la esclerosis múltiple.
Su aproximación es introducir en el paciente un mensaje genético escrito en una molécula de ARN para que sus propias células produzcan las proteínas que necesita para inmunizarse.
Hace unos días, el equipo que ha desarrollado la primera vacuna efectiva contra el Covid-19, publicó un estudio aún en una fase inicial que ejemplifica el potencial de esta técnica, pues han conseguido que revierta en animales una enfermedad de la que no se conoce la causa y para la que no hay cura, la esclerosis múltiple.
Esta afección presenta unos síntomas tan variados que algunos médicos la apodan la enfermedad de las mil caras. Por causas desconocidas, el sistema inmune de los pacientes comienza a atacar a su propio organismo e incluso puede provocar daños en el sistema nervioso central.
Una vacuna parecida a la de Covid-19
Katalin Karikó, creadora de la vacuna, publicó un estudio junto al director ejecutivo de la empresa y también científico Ugur Sahin en el que muestran que una molécula de ARN mensajero puede hacer que el sistema inmune de ratones que sufren una enfermedad similar a la esclerosis múltiple aprenda a tolerar la mielina y dejen de padecer los daños.
La inyección es muy parecida en esencia a la vacuna contra Covid-19, pero en este caso produce una proteína que es capaz de modular el sistema inmune. Los ratones tratados mostraron una reversión de la enfermedad. En algunos casos la vacuna revirtió la parálisis que sufrían los animales.
En la actualidad hay más de 10 tratamientos aprobados contra la esclerosis múltiple en humanos. Pero el problema es que en todos los casos tienen efectos secundarios, como por ejemplo reducir la efectividad de las defensas contra otros patógenos.