Respiran ‘una nueva era de oro’

Los también llamados contratistas están en casi todos los conflictos bélicos que existen en el mundo

 Cuando el 2 de febrero murió Mike Hoare, Mad Mike, el último de los mercenarios del viejo estilo, ya había terminado también la época de los aventureros.

Hoare murió en Sudáfrica, a los 100 años de edad. Sobreviviente de acciones como la guerra civil del Congo en los años 70 y de ridiculeces como la invasión de las islas Seychelles en 1978, cuando intentó derrocar al gobierno de ese país con una fuerza de 46 hombres, fue la inspiración de novelas y películas como The Wild Geese.

Pero la actual es la era de las grandes empresas de seguridad, que en algunos casos están vinculadas con "Compañías Militares Privadas" (CMP).

Los que hace años eran "soldados de fortuna" hoy son "contratistas de seguridad", empleados por empresas multinacionales para las que las recompensas son multimillonarias; en 2014 se estimaba que los ingresos de esa industria fueron por 214 mil millones de dólares.

Las más conocidas son las estadounidenses BlackWater/Academi (la más utilizada por el gobierno estadounidense, pero no la única), FDG Corp, DynCorp, MRPI; las británicas G4S, Aegis y Erynis International, y la anglo–estadounidense Northbridge Services, con sede en República Dominicana.

[caption id="attachment_867385" align="aligncenter" width="1080"] LONGEVO. Mad Mike vivió hasta los 100 años en Sudáfrica. Foto: AP[/caption]

El mundo parece estar en un nuevo "siglo de oro" para los mercenarios. Tanto que el gobierno estadounidense cambio la proporción de soldados y contratistas en Irak de diez a uno en 2003 de uno a uno en 2009 y de uno a tres en 2016. Y son tan útiles que Rusia y China, competidores geopolíticos de los Estados Unidos y Gran Betaña, han creado sus propias versiones de CMP.

De acuerdo con un texto de la especialista Paloma Mendoza, de la National Defense University en Washington DC, para la Revista del Centro Superior de Estudios Navales de la Armada de México, "se estima que para la década de 1990, la desintegración del mundo bipolar y la contracción de ejércitos significó una reducción de siete millones en las Fuerzas Armadas de Estado, que inundó de exmilitares con una amplia oferta de habilidades y experiencia el mercado de seguridad, particularmente de fuerzas de élite sin futuro de avance profesional".

Veinte años después miles, o cientos de miles de exmilitares, expolicías, especialistas en inteligencia y en mantenimiento de equipos, se ubican en labores de vigilancia, como guardias de seguridad en comercios, bancos, transporte de dinero, en yacimientos mineros, de petróleo, pero también en algunas ocasiones las empresas con las que trabajan están involucradas en operaciones de combate y son utilizados como guardaespaldas o hasta en el transporte de ayuda humanitaria en sitios difíciles. [caption id="attachment_867387" align="aligncenter" width="1080"] LIBIA. Estos mercenarios fueron contratados por el gobierno y luchan contra los rebeldes. Foto: AP[/caption]

"El mercado global de servicios de seguridad privada registrará un ingreso de más de 257 mil millones (de dólares) para el año 2022", de acuerdo con Technavio, una empresa de investigación de mercado.

Siempre según el análisis, "los conflictos mundiales y los disturbios internos han abierto una prodigiosa demanda de seguridad garantizada.

 

"Al intensificarse, las compañías de seguridad privada ofrecen una opción asequible para que las organizaciones y los individuos se defiendan efectivamente a sí mismos y a sus bienes inmuebles contra los elementos maliciosos de la sociedad moderna. 'Músculo de alquiler' de hecho, pero, con un alto nivel de sofisticación y como parte de una industria global intensamente organizada".

 

Por José Carreño Figueras

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