NUEVA ORLEANS. Miles de habitantes de la costa de Luisiana fueron evacuados ayer ante la llegada de la tormenta tropical Barry, que amenaza con convertirse en un huracán y con descargar sobre el estado sureño de Estados Unidos lluvias potencialmente devastadoras.
El meteoro avanzaba lentamente hacia la costa, lo que podría traer una carga mayor de agua en la zona —se esperan 25 centímetros— de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
La lluvia caerá en momentos en que el Misisipi ha alcanzado un nivel histórico; en verano, el nivel del río suele ser entre 1.8 y 2.5 metros, pero ahora es de 5 .7 metros, por lo que la lluvia que traerá Barry podría ser catastrófica para la región.
"Será la primera vez que tengamos un huracán mientras el río Misisipi está en crecida", dijo el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards.
Hasta ahora ya han caído entre 15 y 20 cm de lluvia sobre la ciudad de Nueva Orleans, provocando inundaciones.
Algunas carreteras han estado bajo el agua desde el miércoles pasado. Los habitantes han colocado sacos de arena en las puertas de sus casas y comercios, y trabajan ya en labores de limpieza y recolección de basura, ayudado por equipos especializados.
Donald Trump, declaró ya el estado de emergencia en la zona, para desbloquear fondos y permitir que las agencias federales participen en las labores.
Cerca de tres mil soldados de la Guardia Nacional, junto con otros equipos de rescate, fueron enviados a todo el estado con barcos, vehículos anfibios y helicópteros.
Se han emitido órdenes de evacuación para la península al sur de Nueva Orleans y "más de 300 autobuses están listos para llevar a las personas a refugios", dijo Edwards.
El gobernador llamó a los residentes a usar esos autobuses porque la mayoría de los fallecidos en los últimos años fueron pasajeros de autos que fueron arrastrados por la corriente.
Las autoridades también abrieron un "megarrefugio" en Alexandria, en el centro del estado, para albergar a los evacuados de la costa.
EL FANTASMA DE KATRINA
Luisiana sigue traumatizado por el recuerdo del devastador huracán Katrina (categoría 5) en agosto de 2005. Los diques que protegían a Nueva Orleans sucumbieron entonces a la presión del agua, inundando el 80% de la ciudad y causando unas mil muertes, de un saldo total de más de 1,800 durante el desastre.
Los diques en la ribera del río y en Nueva Orleans pueden soportar, aseguró el gobernador, mientras 118 bombas están instaladas para desagotar agua en la principal ciudad del estado.
Según la meteoróloga, Jill Trepanier, Barry muestra un ejemplo de cambio climático: "una temperatura cálida del océano y una temperatura del aire superior a la media".
Por AFP y REUTERS