CARACAS. Uno de cada cinco padres migrantes dejó un niño o adolescente en Venezuela. Se trata de al menos 930 mil 20 menores que han quedado en el país, separados de uno o de sus dos padres, bajo el cuidado de algún familiar o persona cercana, en medio del éxodo que exprerimenta esa nación, según datos de la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap).
La cifra de hijos menores de padres migrantes que han quedado en Venezuela aumentó 9% en comparación con 2018, cuando Cecodap (que trabaja en la promoción y defensa de los derechos de la niñez) la estimó en 849 mil.
Es más o menos 10% de la población de niños y adolescentes del país. Es decir, si nosotros hacemos ese ejercicio, pudiéramos pensar que casi uno de cada 10 niños del país ha perdido el contacto directo con sus padres producto de la migración”, dijo a El Heraldo de México, el psicólogo Abel Saraiba, coordinador del programa Creciendo sin Violencia de Cecodap.
Según datos de Datanálisis, en octubre de este año, en 51% de los casos de emigración de los dos padres, los niños y adolescentes quedaron bajo el cuidado de sus abuelos. “Esta realidad genera una dificultad tremenda en el proceso de la crianza porque quien está haciéndose cargo, por una razón vital, de energía, de vida, le cuesta poder encargarse”, advierte Saraiba.
El programa de escuelas Fe y Alegría que cuenta con 176 centros educativos en toda Venezuela, identificó en el año escolar 2018-2019, que 10 mil de sus 101 mil estudiantes estaban a cargo de parientes cercanos como consecuencia de la emigración de sus padres.
“Hermanos mayores, de 16 o 17 (años), se habían quedado en algunos casos al cuidado de sus hermanos menores y quien los acompañaba era quizás un vecino, un familiar que se acercaba a la casa, les hacía llegar las remesas, cambiaban las remesas y hacían un mercado para cubrir estas necesidades básicas a este grupo de niños”, relató a este diario, Noelbis Aguilar, directora nacional de este programa de escuelas.
Un aumento en el número de inasistencias a clases y cambios en el comportamiento de algunos de los estudiantes con padres migrantes, se identificó en las escuelas de Fe y Alegría en el año escolar que terminó en julio.
Según estimaciones de Cecodap 88.2% de los menores cuyos padres emigraron no han recibido el apoyo psicológico para atender esta situación.
Aumenta el riesgo de deserción (escolar), de ser captado por grupos irregulares armados, bandas, de abuso sexual”, expresó Saraiba.
Según Datanálisis, 88% de los migrantes envía remesas para la manutención de los menores. “De esas remesas el promedio más alto está entre 10 y 50 dólares”, afirmó Saraiba al destacar que este monto representa menos de dos dólares diarios, por lo que estos recursos son suficientes.
POR JESSICA MORALES
eadp