Ankara. Antes de entrar por primera vez al centro de registro que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) tiene en la capital turca, la mexicana Erika Torres sentía que hacer sándwiches para ellos quizá no era tan trascendente.
Pero una vez que también le tocó repartir los refrigerios y conoció algunas historias de personas de países como Siria, Irán, Iraq, Paquistán y Afganistán (que esperan a ser entrevistadas para obtener un estatus legal en este país), su percepción cambió.
"Es muy doloroso: vi a gente muy vulnerable, a mamás sentadas en los pasillos, a mujeres embarazadas, con chiquitos recién nacidos y con mirada de: ‘qué voy a hacer porque no tengo absolutamente nada más que a un pequeñito que alimentar’”.
"He visto mucha gente lastimada, familias incompletas o sobrepobladas y de pronto te enteras que no necesariamente son sus hijos, sino que son niños huérfanos que fueron recogiendo en el camino", explica Torres.
[caption id="attachment_33718" align="aligncenter" width="1024"] Mujeres de países como Ucrania, Bulgaria y Alemania preparan los refrigerios y lo hacen de forma gratuita para el Ankara Refugee Lunch Support Group. Foto: Dalila Carreño[/caption]
Graduada de la carrera de Gastronomía por la Universidad Autónoma del Estado de México, ella es la única mexicana que lleva cinco años participando en la preparación de sándwiches, y comenzó a hacerlo gracias a su trabajo como chef de la misión diplomática de Dinamarca en Turquía.
"Me acuerdo que una vez una niña tomó su sandwichito y su papá le dijo: ‘Por favor, da las gracias' y yo pensé: 'Nosotros somos los que tenemos que decir: 'Lo siento mucho por hacer de este mundo lo que estamos viendo’".
Cuando Torres comenzó a colaborar se hacían unos 70 sándwiches, pero desde que la Guerra civil comenzó en Siria, en marzo de 2011, empezó la llegada masiva de refugiados de ese país a Turquía. Se estima que actualmente hay 2.5 millones.
[caption id="attachment_33720" align="aligncenter" width="1024"] Marguerita Eksi (quinta de izquierda a derecha), es la responsable del Ankara Refugee Lunch Support. Foto: Dalila Carreño[/caption]
“De pronto se volvió una locura, ahora se hacen unos 160 (diariamente). Hay gente que tiene hambre y que no se atreve a pedir más porque sabe que hay más personas esperando, también con hambre.
"Podría ser fácil pensar que sólo están esperando ayuda, pero hay historias muy fuertes, de gente con estudios profesionales, que habla inglés y que tuvo que huir de la guerra".
Hoy en día, la mexicana, que lleva doce años radicando en Turquía, prepara lunches con el grupo: “Asia-Pacífico y Nueva Zelanda”, que encabeza Florence Curr, esposa del embajador de Nueva Zelanda en Ankara.
[caption id="attachment_33722" align="aligncenter" width="1024"] Niños sirios se entretienen con pequeños juguetes de plástico. Foto: Dalila Carreño[/caption]
Ese colectivo forma parte del Ankara Refugee Lunch Support Group (ARLSG), un grupo humanitario que trabaja a base de donaciones y que lidera Margherita Miranda Eksi, de origen alemán.
Entre algunas de las actividades que se hacen para recaudar fondos para hacer los refrigerios (que también incluyen una manzana, un chocolate y un ayran -típica bebida turca hecha a base de yoghurt-, se encuentran las kermeses anuales que organiza la representación diplomática de Dinamarca.
A esta actividad se suele invitar a productores de artículos como vidrio soplado, prendas de alta costura, joyería, pintura y decoración, quienes donan un porcentaje de sus ventas al ARLSG.
"Creo que esto es una manera de hacer un mundo mejor para mi hijo. A veces uno piensa: 'No estoy haciendo casi nada', pero para ellos quizá sí es una gran diferencia porque tal vez será la única comida que tendrán en todo el día”.
[caption id="attachment_33724" align="aligncenter" width="768"] Afuera de algunos mercados de Ankara es común ver a refugiados sirios que piden dinero. Foto: Dalila Carreño[/caption]
POR EL GUSTO DE AYUDAR
Marguerita Miranda Eksi es responsable del Ankara Refugee Lunch Support Group (ARLSG), y ella coordina la preparación de los sándwiches que se entregan en las oficinas de ACNUR en la capital turca.
"Me gusta ayudar a la gente de cualquier forma que pueda. Los trámites suelen ser muy largos, depende del caso de cada persona, pero hay quienes se quedan aquí por años.
"Una vez un chico que tenía un par de chicles, nos dijo a otra persona y a mí: 'Esto es lo único que tengo y espero que sirva para decir gracias'. Es muy fuerte".
Actualmente, el Ankara Refugee Lunch Support Group (ARLSG) reparte lunches todos los días y lo hace a través del apoyo de diversos grupos.
[caption id="attachment_33726" align="aligncenter" width="768"] Niños sirios dibujando. Foto: Dalila Carreño[/caption]
El día que le toca organizar al suyo, Margherita logra convocar en su casa hasta a 18 entusiastas personas de naciones como España, Estados Unidos, Irán, Italia, Alemania, Argentina, Ucrania, Rusia y Bulgaria, entre otras, quienes preparan los sándwiches y los reparten personalmente a los refugiados.
"Amo hacer todo esto. En una ocasión, unas chicas de Canadá que estaban de vacaciones en Estambul me encontraron por internet y decidieron venir (a Ankara) sólo para hacer sándwiches y después se regresaron", recordó Miranda Eksi.
CONTINUO APOYO
La idea de ofrecer algo de comer a los refugiados que esperaban para ser entrevistados surgió en 2007 de la mano de Bridget Guerrero, una mujer que se encontraba en Turquía debido al trabajo de su esposo.
[caption id="attachment_33728" align="aligncenter" width="395"] Erika Torres. Foto: Dalila Carreño[/caption]
Ella solía asistir a la iglesia Meryem Ana Catholic Church de la capital turca donde, a pesar de que se ofrecía ayuda, no era suficiente.
En ese tiempo, Guerrero conoció a Carolyn Ennis, oficial de protección de ACNUR, quien le contó lo duro que era ver a las personas esperando sin que tuvieran algo para comer.
Y aunque a veces ella y sus colegas llevaban alimento, no alcanzaba.
"Después un grupo de mujeres, dirigido por Mine (Margherita) intervino para ayudar y muy pronto servíamos casi todos los días”.
[caption id="attachment_33730" align="aligncenter" width="460"] Erika Torres (primera de izquierda a derecha). Preparación de sándwiches del grupo que lidera Florence Curr (en medio con delantal), esposa del Embajador de la misión diplomática de Nueva Zelanda en Turquía. Foto: Erika Torres[/caption]
Antes de que se prepararan sándwiches, a los refugiados se les ofrecían platillos típicos turcos como Pide (un pan alargado en forma de barca relleno de carne con queso) y Lahmacum (una especie de pizza hecha con masa fina y carne molida).
CRISIS DE REFUGIADOS SIN PRECEDENTES
La guerra, violencia y persecución en el mundo han orillado al desplazamiento forzado a un número de personas sin precedentes, de acuerdo con el informe “Tendencias Globales” publicado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
A finales de 2016 había 65.6 millones de personas en situación de desplazamiento forzado, unas 300 mil más que en 2015.
Esos 65.6 millones incluye las cifras de refugiados que, con 22.5 millones, son las más altas de las que se tiene constancia, así lo dio a conocer el informe que se lanzó en el marco del Día Mundial del Refugiado, que se conmemora este día.
En ese sentido, el conflicto de Siria sigue siendo el que genera más refugiados a nivel mundial (5.5 millones), aunque en 2016 el principal factor de este incremento fue Sudán del Sur, donde la ruptura de los esfuerzos por la paz en julio de ese año contribuyó a la salida de 739 mil 900 personas hasta finales de diciembre de 2016.
En el caso del desplazamiento de personas dentro de su propio país, a finales de 2016 se contabilizaban 40.3 millones, frente a los 40.8 millones de 2015.
La cifra de 65.6 millones indica que una de cada 113 personas en el mundo está en situación de desplazamiento.
POR DALILA CARREÑO
Sábado 18 de Enero de 2025