El oro es uno de los metales más preciados en todo el mundo desde tiempos de las civilizaciones más antiguas como India, Mesopotamia, Egipto y China éste se consumía en la comida, pero para ese entonces, el ingrediente de lujo tenía gusto a metal, ahora este insumo es insípido e inoloro.
De acuerdo con la chef Ana Martorell, este dorado metal sólo sirve para hacer "joyas gastronómicas" porque no aporta absolutamente nada que no sea estético a la comida. No aporta nutrientes, sabor, olor e incluso textura porque es casi imperceptible al tacto por las cantidades tan pequeñas usadas en gastronomía.
Hojuelas, hojas y polvo de oro son las formas más comunes en las que se encuentra este metal en la comida de las mesas más excéntricas del mundo, que, de acuerdo con Martorell, comenzó a popularizarse en el siglo XVI con un risotto donde la albahaca, el parmesano y, claro, el oro sorprendió a los más adinerados que no podían dejar pasar la oportunidad de probar el valioso ingrediente.
La chef colaboradora de El Heraldo también señaló otras curiosidades que deleitan la mirada, lastiman el bolsillo y entristecen el paladar, pues Isabel I tenía la nada económica manía de bañar las bandejas de fruta para su disfrute.
[nota_relacionada id=814008]Por otra parte Martorell dijo que en Alemania existe un licor de oro, en España es muy famoso el acto de cubrir el chocolate con el elemento y finalmente dijo que en Los Cabos, México, existe el taco más caro del mundo que es decorado con láminas doradas.
Por: Redacción Digital El Heraldo de México
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