Carlos Gaytán nos recibió en el restaurante MOxi, del Hotel Matilda. Con todo su grupo de cocina, reunió a los medios para dar una noticia que lo tenía muy emocionado.
Abrirá de nuevo un restaurante en Chicago, se llamará Tzuco, en honor al pueblo que lo vio nacer y crecer: Huitzuco, Guerrero. Ahí fue donde Carlos aprendió a cocinar.
Su madre le enseñó y en sus palabras "aún no ha logrado llegar a ser tan buena como ella". La historia de Carlos es inspiradora, a los 20 años viajó con su primo a Estados Unidos como indocumentado, para probar suerte.
Empezó como lavaplatos, luego como cocinero y, finalmente abrió Mexique, su primer restaurante, el cual le valió una estrella Michelin. Ahora, probará suerte con Tzuco, que viene de la palabra Huitzuco que significa lugar de espinas, del náhuatl huiaxchin que es un símbolo de resiliencia y hace alusión al poder de la naturaleza de resurgir.
Esto le hace mucho sentido a Carlos, quien afirma que ha pasado días buenos y malos en esta profesión y que siempre su lugar de origen le recuerda que puede salir adelante. Es por esto que tomó este concepto y lo llevó a Chicago, en donde quiere recrear la cocina de su natal Guerrero.
Entre el menú de degustación que habrá en Chicago están las famosas tetelas rellenas de tinga de pollo, crema y queso de Huitzuco, un ceviche de callo de hacha con leche de tigre y sal de gusano y unas infladas rellenas de cochinita que no es píbil, sino la típica que se hace en su pueblo.
El mayor reto para el chef será colocar a Tzuco como el mejor lugar mexicano en Chicago y considera que es más difícil agradar el paladar de los nacionales que el de los extranjeros.
Por María del Mar Barrientos