Muchos son los tabúes que hay sobre qué tan celosos somos los cocineros con nuestro trabajo, y juzgando con lo que hacen los demás, ¿qué hay de cierto en todo lo que se dice? Evidentemente tenemos que decir que hay de chefs a chefs.
Un chef jamás compartirá una gran receta, es como si a un escritor le pidieras que te cuente el final del libro que está escribiendo, antes de publicarlo; jamás lo hará. No vaya a ser que te le adelantes. ?
También es cierto que en lo individual tienen algo especial, cada uno con su sazón, el cual lo distingue entre todos los demás. Por supuesto, comparten conocimientos, formas de cocción, técnicas de elaboración, métodos nuevos e, incluso, muchos dan clases de cocina e intentan dejar un legado. ?
La vida me ha regalado la asesoría de grandes chefs, quienes me han dedicado largas horas en el teléfono, o visitas que han llegado en el momento que más las necesitaba. Con su experiencia han hecho más fácil el camino. Por ejemplo, el proceso de abrir un restaurante; a muchos de ellos ni los conocía tanto y no dudaron en tenderme una mano para enseñarme un poco de lo mucho que saben. ?
Lo cierto es que los chefs somos como cualquier ser humano que vive para crear, elaborar y dar un resultado ejemplar, ese que en un principio se imaginó. Mis más grandes amigos son chefs, gente que se ha atrevido a decirme en qué la he regado, que si ven que necesito una receta que ellos tienen, no les importa darla, no la receta, sino la guía para que haga mi propia versión. ?
Los grandes chefs te darán la mano para sacar ese evento que sola no podrías lograr jamás. Por eso, gracias, gracias a todos esos chefs que demuestran que, de chef a chef, nos hemos salvado varias veces.
Por Ana Martorell
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Martes 21 de Enero de 2025