Se estima que 10% de los hombres y 18% de las mujeres, mayores de 60 años, tienen algún tipo de osteoartritis sintomática, según señala la Organización Mundial de la Salud. Este trastorno se produce por el envejecimiento o desgaste de cualquier articulación del cuerpo.
La columna vertebral tiene como objetivo proteger la médula espinal y los nervios que emergen de ella, los cuales, son vitales para conectar el cuerpo con el cerebro; también es un punto eje para el esqueleto y permite mantener el centro de gravedad en función del movimiento, señala el Dr. Ildefonso Muñoz Romero, neurocirujano con especialidad en cirugía de columna vertebral y de nervios periféricos del Centro Médico ABC.
Una columna sana es aquella que no cuenta con deformidad, que no genera dolor o que no tiene un desgaste desproporcionado para la edad. Lamentablemente, al envejecer, este deterioro es frecuente y, por lo tanto, requiere de atención de un profesional para que no desencadene problemas mayores.
Para una mejor atención, médicamente, se divide a la columna vertebral en segmentos; el superior es la columna cervical, que se compone de siete vértebras y se ubica en la zona del cuello; después está la columna torácica o dorsal que se compone por 12 vértebras y engloba el torso de una persona y las costillas; sigue la columna lumbar, compuesta por cinco vértebras; y al final queda la región sacra y el coxis.
Entre éstas existen las facetas articulares, que son conexiones que permiten su movilidad a la par que evitan una rotación o desplazamiento inapropiado. Como resultado del envejecimiento de las personas, es frecuente que las articulaciones tengan daño, y si este se presenta aquí, se generará una artrosis facetaria.
La artrosis facetaria es resultado de la degeneración o desgaste en el cartílago, lo que lo convierte en una de las patologías más comunes en personas de la tercera edad.
¿Cómo saber si tengo artrosis facetaria?
Este padecimiento se puede presentar en cualquier sección de la columna o incluso en varias a la vez. Su presencia llega a afectar la calidad de vida de la persona pues genera daño facetario. Este tipo de malestar aparece principalmente en la región lumbar y se puede extender a otras partes del cuerpo como la espalda alta o las piernas.
El Dr. Ildefonso Muñoz señala que este tipo de dolor tiene como característica particular su incremento durante actividades que conllevan estar de pie o mover la columna en posiciones no tan normales; como doblar la espalda o girar el torso, es decir, movimientos que presionan las articulaciones.
Otros momentos donde se puede presentar aflicción es cuando una persona arquea la espalda para ver el techo, cuando lleva mucho tiempo acostado y se levanta o al salir de un automóvil tras un viaje largo. Y, por el contrario, el malestar va disminuyendo en el transcurso del día y tras hacer movimientos.
Más allá de la vejez, la artrosis facetaria se genera por otros factores como el tabaquismo, el sobrepeso, alguna actividad violenta que incluya golpes, caídas o choques; impactos repetitivos al practicar algún deporte, malas posturas o una mala higiene de columna. Todo esto puede contribuir a generar desgaste en las articulaciones.
En caso de percibir alguno o varios de estos síntomas es importante asistir con tu médico general, un ortopedista o incluso un neurocirujano, quienes harán diferentes análisis para identificar el origen del problema. Hay que recordar que padecimientos como las hernias discales o la escoliosis pueden presentar síntomas similares, por ello, es importante que un especialista haga el diagnóstico correcto.
El médico realizará preguntas sobre los síntomas y las situaciones que ha vivido el paciente, también podrá solicitar estudios de imagen que incluyen:
- Radiografía dinámica: una radiografía de columna en flexión.
- Radiografía estática: una radiografía de columna en extensión.
- Resonancia magnética: permite conocer el estado de la columna.
- Tomografía: puede revelar lesiones o incluso hemorragias internas.
Vivir con artrosis de columna
Aunque estrictamente este padecimiento no se puede curar, existen diferentes tipos de tratamientos que permiten aliviar el dolor en los pacientes o incluso quitarlo por completo. Dentro de los principales se encuentra el uso de analgésicos o antiinflamatorios que ayudarán a disminuir los síntomas.
Posteriormente, el médico puede recomendar fisioterapia o rehabilitación, guiado por un especialista para ayudar a recuperar tanto la flexibilidad como la movilidad de la columna del enfermo.
Para casos en donde el dolor es mucho más fuerte e incapacitante, se puede emplear un bloqueo, que es una técnica en donde se inyectan corticoides, hormonas que ayudan a reducir una inflamación.
Por su parte, la radiofrecuencia suele ser una alternativa para pacientes con dolor lumbar crónico, tratando las posibles lesiones nerviosas en esa área del cuerpo.
En los casos extremos, se puede emplear una cirugía mínimamente invasiva destinada a aliviar la presión que tienen los nervios de la columna, también se ayuda a disminuir el aplastamiento sobre la médula espinal y, en algunos casos, las operaciones se emplea para sofocar un nervio que se ha inflamado debido a la artrosis facetaria.
¿Se puede prevenir la artrosis facetaria?
Aunque no hay manera de asegurar que no se generará la artrosis en la columna, existen diferentes medidas para disminuir el riesgo o, en caso de presentarse, su intensidad. Si ya se tiene algún nivel de degeneración, no se puede dar marcha atrás, pero sí frenar su progresión, indica el Dr. Muñoz.
Una buena higiene de la columna es un gran apoyo para retrasar su aparición o evitarla. Esto incluye, saber realizar movimientos para ponerse en pie, entender cómo sentarse, así como la manera correcta para cargar cosas pesadas y conocer las posiciones apropiadas para dormir.
Tener un peso corporal adecuado es muy importante para ayudar a mantener una columna sana, esto no solamente habla de la obesidad o sobrepeso, se refiere también a la composición corporal, es decir, menos grasa corporal y más masa muscular.
Para concluir, el Dr. Muñoz recomienda que si se tiene alguna molestia o dolor en la columna, acuda, en primera instancia, a la revisión de un médico traumatólogo, ortopedista o neurocirujano para recibir un diagnóstico acertado. Dejando de lado las visitas a masajes o sobadas, pues solo se alivia el malestar de manera inmediata pero no se identifica, ni se trata el problema de origen lo que ocasionará que éste continúe progresando.
En la Clínica de Columna del Centro Médico ABC, encontrarás personal médico con el conocimiento y la tecnología necesaria, que permitirá dar la mejor atención y ayudarte a tener una columna lo más sana posible.
ARCL