El café es una infusión muy popular en todo el mundo. Caracterizada por la energía que le brinda al cuerpo, especialmente en las primeras horas de la mañana, esta bebida se ha posicionado como una de las más consumidas por trabajadores y estudiantes. Ya sea con canela, crema o leche, entre otras tantas opciones, estas infusiones necesitan ciertos recaudos para que no dañen al organismo, tanto en la cantidad en la que se bebe como en el tiempo que pasa en una cafetera.
Si lo que queremos es disfrutar del café con todo su sabor, lo mejor es que no pase más de una hora entre la preparación y el consumo. Mientras que el plazo puede ser de hasta cinco horas si guardamos el café en un termo con cierre hermético. El argumento radica en que esta infusión mantiene su sabor durante tan poco tiempo por el proceso de oxidación, que comienza justo después de la preparación en la cafetera.
En cuanto los granos de café entran en contacto con el agua, empiezan a liberar sus ácidos, aceites y aromáticos. Es precisamente esta reacción química lo que le da al café su sabor característico. En consecuencia, cuando dejamos la infusión en la cafetera durante la mayor cantidad de tiempo posible, la reacción entre el oxígeno y el hidrógeno provocará un aumento en el nivel de pH de la bebida, lo que incrementa su amargor. El sabor empeora si además recalentamos el café en el microondas y, a su vez, esto afectará al organismo causando acidez.
Siguiendo esta línea, diversos estudios comprobaron que tomar café hasta 12 horas después de haberlo preparado y dejado en la cafetera, la infusión recoge las bacterias presentes en el aire porque no está contenido bajo un cierre hermético. En cambio si hemos guardado el café en un recipiente hermético, no tenemos que preocuparnos de los microorganismos.
Si queremos que la infusión conserve sus propiedades durante varios días, podremos quitarlo de la cafetera y guardarlo en el refrigerador, en un recipiente hermético, aunque debemos ser conscientes de que durante este tiempo va a perder su sabor. Este truco es válido únicamente para el café recién hecho, sin leche ni azúcar.