Una bebida que suma innumerables adeptos en todo el mundo es la cerveza, cuyas características la posicionan como una de las sustancias alcohólicas más consumidas en todo el mundo, especialmente en América. Sin embargo, su consumo en exceso puede desencadenar distintos problemas de salud, como el cáncer de intestino.
De acuerdo a distintos estudios, tras cinco minutos de ingerir cerveza el alcohol viaja del estómago al torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro, por lo tanto será vital eliminarlo lo más rápido posible. Luego de 15 minutos, la bebida se descompone en diferentes sustancias, entre ellas ácido acético o ácidos grasos, además de los primeros efectos como una mayor sensación de alegría o con mucho optimismo.
Cuando ya pasaron 45 minutos se produce el mayor nivel de alcohol en la sangre producto de la cerveza, aunque durante la primera hora se presentarán síntomas como ir al baño constantemente y la deshidratación del cuerpo debido a que el riñón llevará el alcohol directo a la vejiga. Sumado a esto se presentarán mareos, pérdida de la memoria a corto plazo y la presencia de sueño, sobre todo al no tomar agua.
Aunque de 12 a 24 horas después de haber tomado cerveza, los síntomas comenzarán a desaparecer y el cuerpo tratará de regular el exceso de alcohol en la sangre. No obstante, ahí comenzarán otro tipo de problemas más graves, siempre que consumir esta bebida se haga un hábito. Es que una investigación publicada en la revista JAMA reveló el vínculo entre el cáncer de intestino y consumo de cerveza, aumentando el riesgo de este tipo de cáncer.
En consecuencia, el equipo de investigación encontró argumentos lo suficientemente sólidos para explicar que la bebida con graduación alcohólica como la cerveza incrementará el riesgo de padecer cáncer de intestino. En concreto, los científicos analizaron y revelaron un dato alarmante: al consumir 4 medidas de sustancias alcohólicas, o más, en una semana, la persona será más propensa a desencadenar este tipo de cáncer.