1. Limpieza en el hogar
Inmediatamente después del surgimiento de la pandemia de COVID-19, los hoteles alrededor del mundo se apuraron a desarrollar nuevos protocolos higiénicos para garantizar la seguridad de sus huéspedes. Estas medidas, sobra decirlo, llegaron para quedarse. Cada vez será más común ver hoteles que presuman distintivos como la certificación hotelera CovidClean desarrollada por Safehotels para atender las preocupaciones de una comunidad viajera que exige estándares incrementados de sanidad.
Además de los distintivos otorgados por asociaciones independientes, los hoteles han desarrollado sus propios estándares de higiene. Es el caso del programa CleanStay de Hilton, y el Global Care&Cleanliness diseñado por Hyatt.
“Saber que se han implementado estándares tanto globales como locales les asegura a nuestros huéspedes que estamos haciendo todo lo posible para procurar su seguridad y la de nuestro equipo”, aseguró Mark Willis, CEO en el Medio Oriente y África de la cadena francesa Accor, que, el año pasado, presentó la iniciativa #AllSafe.
2. Responsabilidad compartida
Toma en cuenta que la seguridad no es, únicamente, responsabilidad del hotel. Nos corresponde a los huéspedes seguir los lineamientos de distanciamiento social, uso de mascarilla y lavado constante de manos para contribuir a la tranquilidad de todos los viajeros y trabajadores.
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3. Tu propio espacio
Otro de los efectos que la pandemia ha tenido sobre la hotelería es el surgimiento de espacios que incrementen aún más la privacidad de los viajeros. Entre rentas de hogares en plataformas como Airbnb, la inauguración de nuevos desarrollos residenciales amparados bajo las marcas hoteleras más reconocidas del mundo y la transformación de los hoteles tradicionales que han implementado nuevas prácticas, como servir los platillos de sus restaurantes principales en las habitaciones, las opciones de hospedaje se robustecen con la llegada de nuevos alojamientos que permitan que tu grupo y tú puedan explorar el paraíso sin comprometer el aislamiento social.
Mientras que algunas cadenas hoteleras, como la holandesa citizenM, apuestan por las microhabitaciones como una manera de maximizar el espacio a través del diseño, las opciones de hospedaje más allá de los albergues tradicionales se han diversificado para incluir ahora alternativas tan disímiles, como casitas del árbol, villas de súper lujo –como la irresistible Villa La Semilla en Tulum– y propiedades submarinas.
Palacio privado
Cuando reabra sus puertas el primero de mayo, el mítico Borgo Santo Pietro, en la Toscana, presentará una nueva suite completa con piscina, servicio de alimentos en la habitación y un jardín privado, adicional a las más de 300 hectáreas de la propiedad.
3.Soluciones tecnológicas
De implementaciones touchless que permitan hacer check-in en línea y abrir las habitaciones sin entrar en contacto con ninguna superficie, hasta cuartos inteligentes que echan mano de los últimos desarrollos del Internet de las Cosas para responder a las exigencias de los clientes, los hoteles serán el escenario de una revolución tecnológica que transformará nuestra manera de habitar una propiedad.
Estancias personalizadas gracias a la incorporación de inteligencia artificial, el perfeccionamiento de las aplicaciones móviles (y sus servicios más destacados, como el concierge virtual o la posibilidad de ver los menús digitales de bares y restaurantes), y el empleo de robots en tareas como llevar el servicio a la habitación, serán cada vez más comunes.
Doble función
Mientras los viajes de bleisure –aquellos que combinan placer y negocios– se sigan popularizando, veremos el surgimiento de nuevos centros de trabajo, mucho más eficientes y potenciados con mejores facilidades de conexión, tanto en habitaciones como en áreas comunes.
4.Casa verde
No es un secreto que, hoy, los viajeros nos sentimos más tranquilos en espacios abiertos y bien ventilados. Por eso los hoteles están ideando nuevas propuestas de diseño y arquitectura que confundan exterior e interior, tanto en las áreas de recepción y en los centros de consumo, como en las habitaciones, y en los centros de reuniones y conferencias.
Al tiempo que los destinos turísticos fuera de la ciudad incrementan su oferta de glamping y hoteles que incorporan elementos naturales en su diseño, las propiedades están adaptando sus espacios existentes para albergar nuevas propuestas como huertos, estudios de yoga al aire libre y restaurantes exteriores.
La apertura de los hoteles a su entorno supone, también, el mejoramiento de su relación con su contexto ambiental y cultural. Hoy, los viajeros están al pendiente de los programas arquitectónicos que beneficien la eficiencia energética y el aprovechamiento de los recursos; de la voluntad de un hotel por consumir insumos locales y trabajar con miembros de su comunidad; y de las certificaciones internacionales que avalan estas prácticas.
Con los brazos abiertos
Gracias a su diseño, erigido con la elegante fortaleza de los elementos de la región; su cocina, que honra los sabores locales, y la relación de cooperación que ha establecido con su comunidad, Ser CasaSandra, en Holbox, sintetiza los valores de apertura de la nueva hotelería.
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