¿Te suena tentador comer en un hostal empotrado a la orilla de un peñón a 100 metros de altura? El sueño de los Alpes Suizos se hace realidad y al mismo tiempo se torna mas etéreo al visitar este peñón enclavado en Ebenalp, la cima más alta de los Alpes Appenzell.
La excursión comienza en la estación de tren de Wasserauen hasta el Lago Seealpsee y la vuelta que se da por toda la orilla bien vale la pena pues el paisaje que ofrecen el cielo y el agua es una explosión verde y azul que inunda los sentidos.
Desde ahí, la subida al Ascher y a su famoso hostal, es una verdadera prueba de condición física, cuya victoria se verá coronada llegando por fin al restaurante con una terraza colgada de la montaña y en el que se antoja hacer un álbum fotográfico exclusivo del lugar.
En este recorrido no podemos dejar de visitar Cuevas de Wildkirchli, los hombres de Neanderthal fueron sus primeros habitantes. Hace 100 años se encontraron aquí utensilios prehistóricos de cazadores-recolectores del período Paleolítico.
Ya en la era del Homo Sapiens, para 1621, un sacerdote capuchino fundó dentro de una de las cuevas, una capilla que años mas adelante se convertiría en La Casa del Ermitaño que después se convirtió en posada y que a partir 1972 es un museo que muestra el paso del hombre por este lado del mundo.
Los amantes del deporte de aventura, y las emociones fuertes no se pueden perder la excursión a la cumbre del Säntis a 2502 metros de altura y punto de partida de y llegada de todos los tours de montaña, excursiones y paseos en esquí. Además la vista a esta altura –por sí sola espectacular- nos deja ver al mismo tiempo Suiza, Alemania, Austria, Liechtenstein, Italia y Francia.
Después de los recorridos, nada como volver al pueblo de Appenzell y disfrutar del folclore, la música, los bailes tradicionales, presenciar el regreso de los animales al valle, aprender las costumbres del campo y ¿por qué no? Quizá hasta queso aprendemos a hacer.
Por: Gabriela Albarran
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