"El Juli": El Niño torero... 20 años después

Más de 150 trajes de luces, 1650 corridas toreadas, miedo, felicidad…pasión. Agradecido con el público, Julián López "El Juli" recuerda con una sonrisa momentos únicos que después de tanto tiempo lo siguen llenando de satisfacción. En una entrañable entrevista en Morelia, el matador nos confesó su sentir en esta etapa de su carrera, nos habló de sus hijos, de su padre y, sobre todo de México. COMO UN HÉROE La primera vez que “El Juli” se vistió de luces, tenía apenas 13 años; recuerda ese momento como algo muy especial y distinto. “Me sentía como un gladiador cuando se pone su armadura, como todo un héroe”. Dos años después, tomó la alternativa, convirtiéndose así en el matador de toros más joven de la historia. Su trayectoria ha sido muy intensa, de grandes esfuerzos, mucha disciplina y constancia. Cuando le preguntamos a "El Juli" qué sentía al cumplir 20 años de alternativa, sus primeras palabras fueron “Felicidad por encima de todo”; y es que no sólo es de admirar el tiempo que lleva como matador de toros, también hay que reconocer el nivel en el que se ha logrado mantener como uno de los mejores del mundo. [caption id="attachment_209885" align="alignnone" width="1024"] Foto Luis Olivares[/caption] Definitivamente su éxito en los ruedos no sería posible, sin el apoyo de varias personas que han estado durante todo este tiempo con el. “Intentar agradecer a una sola sería imposible. Son tantos años y tanta gente, que es difícil resumirlo; pero ha habido alguien clave en mi carrera y ese ha sido mi padre”. Don Julián, pilar fundamental y quien fue su apoderado durante sus primeros años de trayectoria, hoy en día lo acompaña a algunos viajes, aunque ya no lo hace de la manera profesional como antes; ahora, junto con su hermano mayor, Ignacio, dirigen la escuela taurina de Arganda del Rey, España, que fundó el torero hace unos años con el fin de apoyar nuevo talentos. NO QUIERE HIJOS TOREROS Julián López "El Juli" formó una familia al lado de Rosario Domecq, y a pesar de que estar fuera de casa sea cada día más complicado; sus tres hijos, Fernando y Rosario de seis años, e Isabel de tres, son una inspiración a la hora de estar en el ruedo. “Los hijos y el estado sentimental ayudan a expresarte más; el toreo es una expresión artística y si estás contento, transmites una felicidad distinta. ¿Piensa en sus hijos al momento de torear? “La verdad, es que no puedes tener presente los bienes que tengas, y esto incluye a la familia e hijos: cuando estas toreando tienes que estar dispuesto a dar y sacrificar todo por tu profesión.” A pesar de considerar a la tauromaquia como el oficio mas bonito, no le gustaría que sus hijos siguieran sus pasos.“ Cuando eres torero y consigues lo que quieres, tienes una plenitud que no se consigue en casi ninguna profesión; sin embargo, para llegar a eso hay que sufrir mucho, pasar muchos momentos malos, recibir cornadas y vivir fracasos; egoístamente no quiero sufrir eso con mis hijos.” LOS MIEDOS MÁS GRANDES “Creo que el momento más difícil en mi carrera fue cuando me pegaron la cornada de Sevilla en el 2016, fue duro pasar por todas las complicaciones y la gravedad de la misma; de las 15 que tengo, esa es la única en la que sentí que podía perder la vida… son momentos muy rápidos y agónicos que se pasan muy mal. Esa cornada me dio mucho miedo, tuve esa sensación de inseguridad de no saber si iba a salir de esa”, comentó "El Juli". Muchos creerían que el único y mayor miedo al que se enfrenta un torero estando en el ruedo, es el riesgo que existe de sufrir una cornada, pero no es así, también existen muchas otras presiones. [caption id="attachment_209887" align="alignnone" width="1024"] Foto Luis Olivares[/caption] “Le tengo miedo al fracaso y a la incomprensión, a no transmitir lo que busco en el tendido, he tenido momentos en los que no me he sentido a gusto con un toro o que no consigo dominarlo; sufro mucho cuando se me vienen a la mente esos recuerdos, pero por amor a la profesión y por mi forma de entender la vida, siempre tengo una ilusión por superar”. PLAZA FAVORITA La afición de La Plaza México, es única para "El Juli"; él la describe como la mejor del mundo. Entre risas, recuerda el folclor que tienen los mexicanos para gritar de todo en plena faena, así como también la entrega y la pasión que los aficionados transmiten cuando las cosas salen bien. “La Plaza México ha sido mi plaza, me críe ahí y me identifico mucho con su forma de entender y vivir el toreo”. ¿EL RETIRO? “No me asusta pensar en el retiro, me asusta más verme incapaz”, dice "El Juli". Quizá en la época que estoy ahora, en el que puedo poseer los mejores niveles de mi trayectoria, no pienso mucho en la retirada, pero soy consciente de varias cosas: primero, que hay que retirarse en algún momento; y segundo, que no hay nada que sustituya el torear, no hay sensación que ocupe ese lugar… es un vacío que voy a tener y con el que debo aprender a vivir. Veinte años de la alternativa con 1650 corridas que se vivieron como únicas, con 150 trajes de luces con el brillo y el público todavía impregnados, con el miedo de la primera vez que se tuvo a un toro enfrente y con la felicidad de cada éxito que, después de veinte años, todavía trae de vuelta la pasión en los corazones de cada una de las almas en la Plaza de Toros. En fin, veinte años llenos de sensaciones que siguen sin apagarse, sensaciones que para el público, y para “El Juli”, siguen contando… Por María del Mar Barrientos
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