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Mazda CX-5 se renueva

ESTILO DE VIDA

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Dicen que en gustos se rompen géneros, y en el segmento de los SUVs medianos aplica muy bien el refrán, porque es uno de los más dinámicos, en el que ya hay un nutrido número de participantes, pero también debemos mencionar que entre todas ellas existe una que alcanza a despuntar, la renovada Mazda CX-5 2018. A simple vista los cambios son poco perceptibles, porque la renovación se enfoca hacia un mayor confort a los pasajeros, y no a un cambio radical de su exterior. Tuvimos la versión Grand Touring 2WD que conserva el motor 2.5 litros y 188 caballos de fuerza con tecnología SKYACTIV, pero la cabina con materiales mucho más agradables al tacto, los asientos de piel con doble costura, insertos de madera negra, detalles de aluminio y mayor espacio para los pasajeros traseros, crean el ambiente de un vehículo que raya en nivel Premium. Si le sumamos el impresionante equipo de seguridad hasta el sistema G-Vectoring Control, y elementos como el aislamiento de la cabina con el ruido exterior, quemacocos, modo de manejo sport, pantalla táctil de siete pulgadas con navegador y un sistema de audio Bose con 10 bocinas, te hace sentir que vas a bordo de un vehículo de un segmento superior. A este ejemplar que llega desde Hiroshima, nos lo llevamos a San Luis Potosí, fueron más de 800 kilómetros de recorrido (de ida y vuelta) y los cuatro que viajamos a bordo disfrutamos el trayecto, primero porque la conducción de la mayoría de los vehículos Mazda siempre es divertida, y la comodidad con la que viajaron tanto el copiloto como los dos pasajeros de atrás. Sinceramente sentarse frente al volante de un Mazda CX-5 y pisar el acelerador es una delicia. Su comportamiento en carretera es agradable, con excelente agarre al asfalto, incluso en las curvas, y cuando sentimos una tendencia de subviraje, automáticamente entraba en acción el sistema G-Vectoring Control para contrarrestar el error del manejo, regulando los movimientos del volante y controlando la fuerza de cada una de las ruedas para regresar la estabilidad al auto. Además, cada que activamos el modo de manejo sport, la conducción era más divertida porque de verdad se siente el empuje que necesitas para rebasar al vehículo de enfrente sin necesidad de hacer mucho esfuerzo. POR JORGE A. LÓPEZ JORGEALOPEZ70@GMAIL.COM

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