La lucha libre mexicana se tiñó de tragedia hace más de una década con el caso de Alberto y Alejandro Pérez Jiménez, mejor conocidos como La Parkita y Espectrito Jr., quienes murieron de manera trágica y no precisamente arriba de un ring, sino que su muerte causó polémica y mucho asombro entre sus seguidores.
Y es que, los luchadores de talla corta, fueron encontrados sin vida el 30 de junio de 2009 en un motel de la Ciudad de México. Los hermanos, destacados luchadores en la categoría de mini estrellas de la Triple AAA, eran figuras queridas por el público y protagonistas de épicas batallas en el cuadrilátero.
¿Cómo fueron asesinados los famosos mini luchadores?
Las mini estrellas de la Triple AAA estaban en su mejor momento de su carrera deportiva, pero, fuera del ring, la fatalidad los alcanzó de una manera tan inesperada como desgarradora. En una noche que inició con música y convivencia en la zona de Garibaldi, uno de los lugares más emblemáticos de la CDMX, terminó con sus nombres en los encabezados de los diarios tras ser víctimas de un cruel modus operandi: pues fueron víctimas de las famosas “goteras”.
La Parkita y Espectrito Jr. disfrutaban de la música de mariachi y canciones populares mientras compartían copas. Sin sus máscaras, los hermanos pasaron desapercibidos entre los asistentes, alejados de las luces del espectáculo que usualmente los rodeaban. Allí conocieron a dos mujeres con quienes decidieron continuar la fiesta en un motel de la zona.
Foto: Especial
Los registros de seguridad del hotel “Moderno”, ubicado en la colonia Centro, muestran a los luchadores entrando a la habitación 52 solos, seguidos poco después por las dos mujeres. Lo que sucedió dentro de esas cuatro paredes solo puede reconstruirse a partir de la evidencia encontrada más tarde: una habitación desordenada, ropa tirada, botellas vacías y, en la cama, los cuerpos sin vida de los hermanos.
Las mujeres recurrieron al uso de gotas oftalmológicas mezcladas con alcohol para narcotizar La Parkita y Espectrito Jr., y así robarles, sin embargo, en esta ocasión tuvieron un desenlace fatal.
Las culpables y el macabro método
La investigación reveló que las responsables del asesinato eran María de Los Ángeles Sánchez Rueda, de 44 años, y Estela González Calva, de 65 años. Ambas formaban parte de un grupo conocido por utilizar gotas oftalmológicas para drogar a sus víctimas, dejándolas inconscientes para robarles. Sin embargo, en este caso, la dosis administrada resultó letal para los luchadores, quienes tenían una complexión más pequeña que la de sus víctimas habituales.
El entonces procurador de Justicia del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, encabezó las investigaciones que llevaron a la detención y condena de las mujeres. Peritajes y pruebas forenses demostraron su culpabilidad, y un juez dictó una sentencia de 47 años y seis meses de prisión para cada una, además de una compensación económica destinada a los hijos de los luchadores.
Sigue leyendo:
Muere Dulce “la cantante” a los 69 años de edad, tras complicaciones de salud
Trabajó con Thalía y era una de las actrices más queridas, pero fue asesinada en su casa