Los festivales son una de las ofertas de entretenimiento más sólidas y mejor posicionadas entre los jóvenes, por lo que los fans de la música tienden a minimizar los percances relacionados con sus eventos favoritos. Sin embargo, tras los sucesos del festival Route 91 Harvest en Las Vegas, donde 59 personas perdieron la vida a manos de un francotirador, la sociedad se ha visto forzada a poner más atención en lo que ocurre dentro de estos conciertos.
[caption id="attachment_294121" align="alignnone" width="600"] Festival Route 91 Harvest (Foto: Especial)[/caption]
Bajo esta nueva luz, surge una larga lista de casos. Más de 20 mil personas fueron evacuadas del festival Tomorrowland en Barcelona tras un espectacular incendio. En Nevada, un hombre burló la seguridad del festival Burning Man y se arrojó al fuego, lo que puso de manifiesto el gran número de accidentes en este festival.
[caption id="attachment_294119" align="alignnone" width="600"] Festival Burning Man (Foto: Especial)[/caption]
En México, cinco personas murieron tras un tiroteo en el festival BPM de Playa del Carmen, hecho que fue ligado a cárteles de drogas. Mientras tanto, en las Bahamas, sucedió el fraude del Fyre Festival, que prometió un costoso evento exclusivo en una isla privada, respaldado por la promoción en redes sociales de famosas influencers como Bella Hadid y Kendall Jenner. Cuando los asistentes arribaron al destino, nada estaba listo y permanecieron varados por un día.
[caption id="attachment_294117" align="alignnone" width="600"] Festival BPM (Foto: Especial)[/caption]
El tamaño, la fama, o el éxito de estos festivales, no es un factor cuando se hace un balance de lo que ha ocurrido en temas de seguridad. Un acróbata cayó desde 30 metros de altura durante un espectáculo del festival Mad Cool, en Madrid, donde se presentó Green Day. También se reportaron cuatro violaciones y más de 20 casos de acoso sexual a mujeres durante el festival Bravalla de Suecia, el más grande de ese país.
[caption id="attachment_294125" align="alignnone" width="600"] Fyre Festival (Foto: Especial)[/caption]
Descubrir bandas o escuchar música dejó de ser la razón de estos eventos, que ahora son una opción de estilo de vida donde los jóvenes se reúnen con amigos. De ahí que el tema más urgente sea la seguridad.
En 2018, las redes sociales se llenaron con quejas de robos durante el festival Vive Latino, pero los organizadores no se pronunciaron con respecto a estas denuncias. El siete de junio se pondrán a la venta los boletos para el festival Corona Capital y ya hay descontento con respecto a los precios. Según reportó el sitio LifeBoxSet, han aumentado hasta 23% en los últimos cinco años.
“El público no tiene por qué ir a sufrir por ver a su banda favorita”, expresó Hugo Tenorio, locutor de la estación Rock 101. “Hacen falta mejores servicios sanitarios, agua, lugares de descanso y precios por los que no te sientas estafado”.
Los festivales en México se mantienen herméticos sobre sus ganancias, pero según la Codetur, en el caso de los eventos realizados en Nuevo León, estos pueden generar al año una derrama económica que supera los 462 millones de pesos para el sector turístico.
Hasta en Coachella
El festival de música más exitoso de los Estados Unidos tampoco está libre de críticas y controversias.
Philip Anschutz, dueño de este festival, ha apoyado a candidatos conservadores y pro armas.
Celebridades como Cara Delevingne lo han señalado por contribuir con organizaciones anti LGBTQ, y han anunciado que ya no asistirán al evento.
Tras las críticas, apenas en 2018, el empresario hizo un donativo de un millón de dólares a la Elton John AIDS Foundation.
En 2012 , el concejal de Indio, California, quiso cobrar un impuesto al festival que casi lo obliga a mudarse de locación. Pero esto no prosperó por presión de empresarios de la región y de la comunidad que rodea al festival.
Por: CARLOS CELIS