Arte

Beatriz Ezban desentraña lo inasible

En la exposición Lo Real y su Doble la artista mexicana ofrece su exploración de la naturaleza de la identidad, la vida digital y la inteligencia artificial

Beatriz Ezban desentraña lo inasible
Foto: Fotos: Cortesía

En los primeros años de su carrera, Beatriz Ezban (Ciudad de México, 1955) se sumergió en el impresionismo abstracto, influenciada por grandes maestros como Monet y Van Gogh. Sin embargo, un giro en su trayectoria la llevó a plantearse: “Si Monet ya es Monet, ¿quién soy yo?”. Esta pregunta marcó una parteaguas en su proceso creativo y dio inicio a una búsqueda introspectiva que transformó su obra en un espacio de autodescubrimiento y redefinición personal que se refleja en su trabajo más reciente.

Con más de cuatro décadas de trayectoria, la artista presenta Lo Real y su Doble, una exposición que inaugura hoy y permanece abierta hasta el 8 de junio en el Seminario de Cultura Mexicana (SCM).

La exhibición, indicó la pintora, es un ejercicio filosófico que invita al espectador a cuestionar la naturaleza de la identidad, la percepción y la realidad, en un contexto marcado por las transformaciones tecnológicas de la era digital.

“Con mi arte he desentrañado lo inasible, ese espacio escurridizo de lo que nos rodea y de lo que somos; además, trabajo incansablemente en la pintura abstracta buscando maneras de materializar lo que se nos escapa entre los dedos. En esta exposición, en la que presento 45 piezas bidimensionales, indago en esa idea de lo líquido, lo cambiante, lo efímero y lo ‘doble’ de nuestra propia existencia, tan modelada y distorsionada por la virtualidad de las redes sociales y la inteligencia artificial”, explicó Ezban.

Asimismo, “en un acto de valentía”, la artista utilizó por primera vez el mylar reflectante como soporte para las obras, un material que no sólo refleja la imagen del espectador, sino que lo convierte en parte de ella y altera la percepción de la obra.

Foto: Cortesía

"La impresión que se tiene de la cada pieza depende del ángulo, del movimiento y de la distancia: es otra, siempre otra, como nuestra identidad en el convulso paisaje de la posverdad. Así, cada obra de la exposición se convierte en un espejo en el que nos vemos reflejados de manera cambiante, donde el entorno mismo, lo que nos rodea, también se plasma en la creación", compartió la artista.

En este ejercicio, Ezban también juega con el concepto de lo "líquido" propuesto por Zygmunt Bauman, quien describe una sociedad volátil, en la que los vínculos humanos se debilitan, el amor se vuelve superficial y las certezas desaparecen.

“Vivimos en una época en la que las identidades se construyen influenciadas por la superficialidad de las imágenes digitales, como las selfies que distorsionan nuestra esencia en busca de una afirmación fugaz. En este contexto, la libertad se enfrenta a la angustia existencial y la inflexibilidad laboral que dificulta la planificación del futuro. Así, la obra invita a repensar una realidad en constante movimiento, a una velocidad tan vertiginosa que se vuelve incomprensible”, señaló.

Y agregó: “en la muestra la pintura sirve como un medio para crear y cuestionar lo que somos y lo que pretendemos ser en un mundo que nos exige respuestas rápidas, pero que pocas veces nos permite detenernos a pensar con profundidad”.

Por último, Beatriz Ezban habló sobre los profundos cambios en el arte en los últimos 40 años “creo que el arte actual se enfocar más en el concepto y el discurso detrás de la obra, superando a la propia obra en importancia, lo que permite generar lazos con el otro y promover la empatía”.

 

ELEMENTOS

  • Estudió filosofía en la UNAM y fue alumna del taller de Gilberto Aceves Navarro en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, Academia de San Carlos.
  • Cuenta más de 60 exposiciones individuales y 150 colectivas, dentro y fuera de México.
  • Ha recibido distinciones como el Premio de Adquisición en la Bienal Rufino Tamayo y ha realizado residencias en el Centro de Arte Banff (Canadá), Islandia y Marruecos.
  • Ha expuesto de forma individual en países como España, Francia, Alemania, Noruega, Polonia, Rumania, Marruecos, Canadá y EE.UU.
  • Sus obras forman parte de colecciones del MAM, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, el MACO de Oaxaca, y en instituciones internacionales como Smurfit Capital en Dublín, Snohetta Arquitectos en Noruega, la Embajada de México en Washington y Hafnarborg en Islandia.

Por Azaneth Cruz

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