Ellas no pueden ser más distintas ni tener objetivos tan semejantes: ayudar a la otra, al otro. Son 10 mujeres líderes en su campo y aliadas de todas, de todos. Sus historias son ampliamente conocidas, pero pocas veces abordadas con profundidad, empatía y sororidad como lo logra Paola Rojas, quien tras vivir un episodio difícil en su vida, decidió escribir su primer libro y construirlo con las voces de mujeres que han cambiado destinos y han definido las rutas hacia un México más equitativo, más justo y más igualitario.
La cantante Vivir Quintana, Mia Nygren, directora general de Spotify para Latinoamérica; Marcelina bautista, fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar en México; Gina diez barroso, fundadora de la organización global Dalia Empower; Alondra de la Parra, directora de orquesta; Olimpia Coral Melo, activista que impulsó la creación de una ley contra el acoso digital en México que lleva su nombre, la Ley Olimpia; Gaby Vargas, conferencista, comunicadora, escritora y asesora de imagen mexicana; Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (Caderr); Kenya Cuevas, activista y defensora de los derechos humanos y Eufrosina cruz, activista por la igualdad de género y los derechos de las mujeres indígenas son las mujeres con las que Paola Rojas escribe Líderes y aliadas (VR Editoras).
Si bien la idea de que un líder, no es quien busca perpetuar su poder, sino quien busca hacer comunidad, los tiempos que vive México, dice la comunicadora, son muy interesantes para las mujeres.

“Son tiempos llenos de nuevas oportunidades, de retos, y también llenos de adaptación intempestiva, porque son muchísimos los cambios en apenas unas décadas. Hay mujeres que han logrado avanzar muchísimo o llegar muy alto, pero me parece que la postura debe ser que, más allá de enorgullecerse porque logró ser la primera mujer en el consejo de administración, o la primera mujer en gobernar, o la primera en algo, que no les baste eso, sino que lo que de verdad les enorgullezca sea el no ser la última”, dice.
Así, si ninguna es la última y muchas son las primeras, los liderazgos femeninos nos ayudan a avanzar juntas. “Creo que así es como verdaderamente somos mucho más fuertes. De entrada, es más hermoso tejer juntas y avanzar en colmena; ayudarnos, cobijarnos, contenernos, y sumar”, añade.
De tal suerte que Líderes y aliadas no es sólo un libro de entrevistas con figuras de ámbitos como la política o la cultura, es, sobre todo, un libro colectivo. “Había esta tendencia de ponernos a competir y a medirnos, porque todo el tiempo nos ha tocado entrar a una realidad con reglas que son así, como muy patriarcales, muy desde esta energía masculina de la competencia, de la fuerza, del vigor, incluso de la violencia”, ataja.
Y agrega: “Estos rasgos podemos encontrarlos en un líder independientemente de su género, pero si no abrazamos esos liderazgos comunitarios, comprensivos, amorosos, pues nos vamos a extinguir”.
Por Alida Piñón
EEZ