Con la intención de una revancha, además de una pasión compartida —Oscar Vargas por costumbre y Froylan Fuentes por convicción—, los aficionados mexicanos de los Eagles viajan hoy a Nueva Orleans para la edición LIX del Super Bowl.
“Compré el boleto en agosto a través de una empresa llamada On location; sabía que este año podían llegar (Philadelphia). Es en la sección 500 y me costó 140 mil pesos”, contó Froylan.
El Dr. Ernesto Castro, fan de los Chiefs, algo experimentado en el asunto, a partir del éxito de su equipo en el pasado reciente, desembolsó 300 mil pesos, que empezó a ahorrar sólo dos días después del SB pasado.
Oscar, casi de igual manera, y a diferencia de su compañero en Philly Nest Mex, quien encara su segundo Super Bowl, ha estado en más de 10 ediciones, cuatro de ellas de Philadelphia.
“Siempre viajo a la sede y monitoreo los precios, en la reventa, desde que terminan los juegos de campeonato. Este año no hubo un incremento; al contrario, han bajado, están en 50 mil pesos”, aseguró Vargas.
Castro mejoró la logística del viaje, Fuentes previó lo inevitable (comprar casi sin querer antes del partido) y Oscar acrecentó el grupo de viaje.
“Nos quedaremos en un hotel en Baton Rouge (Louisiana), con un precio de 30 mil pesos por cuatro noches, de ahí manejaremos por una hora hasta el estadio (el Caesars Superdome)”, compartió el Dr. Ernesto.
Los objetivos son idénticos, presenciar el título de su equipo, sin embargo, las experiencias son diferentes. Vargas vuela desde Madrid, donde vive desde hace dos años, con una escala en Miami. Froylan llega vía Dallas y Castro vía terrestre.
“Volaré de México a Houston, de ahí rentaremos un auto para ir por carretera. Si los Chiefs ganan, veremos si vamos al festejo”, reconoció el fanático de Kansas City (por supuesto).
En el caso de Oscar, el grupo acude de distintas ciudades del país, pero también se hospeda en las afueras de la ciudad.
“Rentamos una casa cerca de Nueva Orleans, costó como dos mil dólares; entre los 13 sale casi regalado. Volamos de todos lados, de Hermosillo, de la Ciudad de México, de Xalapa, de Philadelphia y yo de Madrid”.
Por Francisco Domínguez y Emilio Pineres.
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