Fernando Aldama (Ciudad de México, 1990) aborda el modernismo mexicano desde una visión crítica y contemporánea. Su obra se enfoca en la abstracción geométrica y en la fusión del arte con el diseño, con el fin de reinventar objetos cotidianos, dotándolos de narrativa, historia y simbolismo.
En entrevista, el diseñador mexicano expresó que su trabajo cuestiona las fronteras entre las bellas artes y las artes aplicadas, resaltando cómo los objetos cotidianos pueden portar una significativa carga estética y simbólica. “El libro La Bauhaus y el México Moderno. El Diseño de Van Beuren, escrito por Ana Elena Mallet y publicado en 2014, influyó profundamente en la formación de mi estilo de diseño utilitario, especialmente en lo que respecta a los procesos postrevolucionarios y la identidad mexicana”, comentó.
Y añadió: “esta publicación me impulsó a transformar el modernismo mexicano en un campo de exploración, alejándome de los discursos nostálgicos y celebrando la riqueza del pasado, mientras recontextualizo el presente”.
El proceso de creación de Aldama implica una colaboración esencial entre el autor y el artesano, con el objetivo de revitalizar la tradición artesanal mexicana. Combinadas con técnicas manuales, sus piezas adquieren una fuerte carga expresiva. Los materiales predominantes en su trabajo son la cerámica, porcelana, textiles, madera y piedra, resaltando la persistencia de las técnicas tradicionales.
“Concibo el modernismo mexicano desde una perspectiva contemporánea, fusionando la abstracción geométrica con la narrativa histórica en objetos que invitan a la experiencia cotidiana. Así, la obra se convierte en un recordatorio de que los objetos no solo deben ser útiles, sino también portadores de identidad y narradores de historias”, afirmó.

Frente al calificativo de “arte decorativo”, término que se ha empleado comunmente para definir su trabajo, considera que el concepto sólo abarca el trabajo de ciertas manifestaciones artísticas, por lo que le parece más correcto hablar de “arte utilitario” o “arte oficio”. El concepto, dijo, “resulta relevante, especialmente para Ana Elena Mallet y para mí, ya que la dificultad de nombrarlo radica en la falta de un término singular en español que describa el trabajo de quienes se dedican a crear una pieza de arte en herramientas para concebir nuevas formas de vida e identidad”.
Ese vacío en el lenguaje contribuye a que algunas formas de arte no tengan el reconocimiento que merecen en el vocabulario habitual, ya que, “mientras que la palabra ‘artesanía’ se ha asociado tradicionalmente con la identidad y la herencia cultural, especialmente a raíz de programas impulsados postrevolución, como los de Vasconcelos y Montenegro, el arte de oficio sigue luchando por un lugar claro en este contexto”.
Actualmente, Aldama presenta Objeto habitable, curada por Mallet, en la Galería Banda Municipal, (Alfonso Reyes 58). La exposición estará abierta hasta el 28 de febrero.
Por Azaneth Cruz
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