Susana Rodríguez, ama de casa de 56 años, llegó al Montepío Luz Saviñón a empeñar sus alhajas para sobrellevar los gastos del hogar durante la llamada cuesta de enero.
"Esta esclava me la regaló mi esposo, tiene un significado muy especial, pero para eso son los bienes, para solucionar los males", afirmó. Según ella, los intereses de las casas de empeño son más accesibles que los de un banco, lo que le da mayor tranquilidad para recuperar su prenda.
Las casas de empeño son el salvavidas para solucionar problemas económicos para muchas personas, ya que el acceso al dinero es inmediato y con intereses más cómodos que las instituciones financieras, comentó Kathia Ramos, especialista en finanzas y directora de la carrera en Administración y Finanzas del Tecnológico de Monterrey.
"Para enfrentar la cuesta de enero, luego de los gastos en las celebraciones de fin de año y la acumulación de deudas, hay que sumarle las obligaciones financieras que surgen, como los pagos de seguros, impuestos y el aumento en los precios de productos y servicios debido a la inflación", indicó la experta en finanzas.
Ramos señaló que regularmente en enero aumenta cerca de 50 por ciento el empeño de prendas en comparación con otros meses del año.
Para José de Jesús Serrano, un chofer de taxi de 47 años, las casas de empeño lo han ayudado a salir de varias crisis económicas.
Esta vez, luego de los gastos generados por los regalos para el Día de Reyes para sus tres hijos tuvo que empeñar su televisión para cubrir sus compromisos financieros.
"No es la primera vez que empeño, me ha salvado de varias crisis económicas", comentó, subrayando la seguridad que siente al saber que puede recuperar su bien.
César González, gerente de Montepío Luz Saviñón, señaló que celulares y televisores, junto con la joyería, son los artículos más comunes que las personas empeñan en esta temporada.
"Los hombres suelen empeñar más electrónicos, mientras que las mujeres tienden a traer joyería", dijo.
Según los datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), adultos de entre 45 y 54 años son los que más han recurrido a esta práctica en el último año.
Datos de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (AMESPRE), indican que 20 por ciento de las personas que empeñan sus bienes no logran recuperarlos, sobre todo, por la imposibilidad de pagar el préstamo por sus dificultades económicas.
PAL