Es noviembre de 1916, la Revolución ha cobrado más de un millón de muertos en México y todos los días, religiosamente, se reúnen dos amigos para tratar los temas que atañen al país. El insigne poeta Ramón López Velarde llega todas las tardes al taller de Saturnino Herrán en Mesones 82, en el centro de la ciudad.
“Fundamentalmente discuten ¿qué es México?, ¿qué somos?, ¿qué pasó en el siglo XIX?, que fue un siglo totalmente de guerras, de invasiones, de pérdida de más de la mitad del territorio, también ¿en qué estaban en ese momento?, ¿cuál es nuestra identidad?, está la mujer como un eje central de los temas, está el trabajo, la religión, la política, la cultura”, dice Saturnino Herrán Gudiño, nieto del pintor mexicano.
Él se ha encargado de llevar a escena el encuentro de ambos personajes de la cultura nacional. Un encuentro que, dice, resuena en estos momentos cuando el rumbo de la nación está en el debate. “Melodía de la existencia” se presenta todos los jueves y viernes de enero, a las 20:00 horas, en el Teatro Varsovia (Varsovia 9, col. Juárez, alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México).
“Tuve la oportunidad en múltiples ocasiones de convivir con mi abuela, la viuda de Saturnino Herrán, y ella me platicó muchas anécdotas, hubo una gran cantidad de historias alrededor”. Esos relatos y el trabajo “con filólogos, con escritores, con gente de letras, más todo lo que habíamos avanzado en el estudio de su trabajo, nos permitió vincular en una obra de teatro algo más histórico, con la amistad de Saturnino y Ramón en el centro”.
Los dos artistas son jóvenes, tienen apenas 28 años y en la obra, el poeta llega cuando el pintor está trabajando: “Ramón acude como lo hacía cada tarde, no fallaba nunca, decía que Saturnino podía discutir sin dejar de pintar: la discusión va en torno a qué es México, qué somos, todo está totalmente respaldado, no estamos inventando nada. Los diálogos tienen que ver con la creatividad de cada uno de los dos artistas”.
En el papel de Saturnino Herrán se alternan los actores Emmanuel Pavín y Sebastián Cobos, mientras que en el de Ramón López Velarde son Mirlo Pendragón y Uriel Mendoza, pero además, a la manera del teatro griego, aparece un coro de seis integrantes, quienes declaman algunos versos de “La suave patria”.
ELEMENTOS
- Un año después de la muerte del pintor, Ramón López Velarde participó en un homenaje.
- El acto se realizó en el Anfiteatro Simón Bolívar, donde leyó el texto "Oración fúnebre".
- Se cuenta que, conmovido, el poeta no pudo terminar la lectura del texto de seis páginas.
Por Luis Carlos Sánchez
EEZ
