Detrás de la manifestación realizada por un grupo de personas en la afueras del Palacio Nacional en el Centro Histórico de la Ciudad de México, hay historias de familias que vieron desaparecer el trabajo de toda una vida. La caída de Billions Trade Club no solo representó un golpe financiero, sino también una crisis social que dejó a miles de personas en la incertidumbre, muchas de ellas sin recursos para empezar de nuevo.
"Perdí todo. Mi ahorro para la universidad de mis hijos, el dinero para el retiro de mis padres, todo lo que había construido", relata Claudia Marisol Elenes Dávila, una de las tantas afectadas por el esquema fraudulento que prometía altos rendimientos mediante el criptoarbitraje. Para miles como ella, el fraude de Billions Trade Club no solo afectó su economía, sino que desestabilizó sus hogares y vidas.
La desinformación y el atractivo del “éxito fácil”
El éxito inicial de Billions Trade Club se basó en un fenómeno recurrente en comunidades con acceso limitado a información financiera: la confianza en redes sociales, líderes regionales y testimonios de éxito rápido. La empresa no solo utilizó publicidad persuasiva, sino también la figura de líderes comunitarios que convencieron a amigos, vecinos y familiares de invertir.
“En muchos casos, no fue la empresa quien nos buscó, sino personas cercanas que nos inspiraban confianza. Nunca pensé que terminaría perdiéndolo todo”, lamenta un inversionista de Veracruz. Este tipo de esquema explota las redes sociales y las conexiones personales, generando un efecto dominó que amplifica el impacto del fraude en comunidades enteras.
Elenes Dávila abundó que en julio del 2024, les informaron mediante una video llamada, Billions Trade Club bloqueó sus retiros y desde entonces ninguno de los afectados ha podido hacer uso de su dinero, y recientemente les ofrecieron el resarcimiento del daño mediante un “Token” emitido por la propia organización, que no tiene valor ni está regulado en México.
¿Qué sigue para los afectados?
Las víctimas se enfrentan ahora a un doble desafío: recuperar su dinero y la reconstrucción de sus vidas. Muchas han perdido no solo sus ahorros, sino también bienes materiales como casas y vehículos. Además, se enfrentan al estigma social y a la culpa por haber caído en un esquema que, en retrospectiva, parecía demasiado bueno para ser verdad.
Aunque los afectados han presentado denuncias ante las autoridades, el proceso legal es lento y desgastante. Mientras tanto, han comenzado a organizarse en grupos de apoyo, buscando no solo justicia, sino también una forma de compartir recursos, información y estrategias legales, por lo que además de la manifestación en las afueras donde todas las mañanas se desarrolla la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, también acudirán al Senado y a la Cámara de Diputados en busca del apoyo de legisladores federales.
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