ARTES

Jan Hendrix, cinco décadas de creación en México

El artista, recientemente reconocido con la Medalla Bellas Artes, habla de la importancia que el desplazamiento ha tenido en su trabajo creativo

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: INBAL

¿Por qué se mueven los hombres?, pregunta Jan Hendrix (Países Bajos, 1949). No es casual que su último libro, “Atlas” (RM, 2024), se presente como un tapiz de mapas y coordenadas para entender un viaje gráfico de casi cinco décadas: el desplazamiento ha sido una constante en la vida del artista; México, por ejemplo, “me ha dejado recorrerlo en los transportes, en Flecha Amarilla, el centro, y en Flecha Roja, el sur”, dice.

Acá llegó, y se quedó, en 1978, siguiendo a una mujer mexicana: “Y por ahí empezó una historia que dura 50 años de haberme movido, en ese momento por seis meses o cuatro o cinco, era estar un rato en México, y ese rato no termina nunca. Ese rato ha seguido hasta hoy”. Hendrix acabó por sentirse completamente parte de la vida mexicana, pero su mirada siguió expandida, digna de un artista que ha hecho del paisaje, la naturaleza, la transformación, su materia prima.

Jan Hendrix acaba de ser reconocido por el país que eligió como su segunda patria: el INBAL le entregó la Medalla Bellas Artes en el campo de las artes visuales. Pero más allá de premios, el artista reconoce que con la “vanidad insoportable” que tiene busca “tener un conjunto de obra que pueda durar, que pueda estar en los museos, que pueda estar en las colecciones”, y, sobre todo, hacer lo que le gusta: “Me fascina lo que estoy haciendo y no lo puedo dejar de hacer; en la noche llego a casa y estoy ya con la cabeza preparando por dónde arranco el siguiente día”.

Él mismo compara su estudio con una estación de trenes de varios andenes, pero con una única salida: los proyectos están formados y, uno por uno, deben encontrar cauce. Pero esas es una de las tantas paradas de un largo trayecto: antes, el artista tomó un avión, un carro o una bicicleta y recorrió, vio, tomó apuntes de aquello que le interesa; ya en el estudio “son seis meses de estar probando y probando, tampoco es tan pronto, es tiempo de observación y de leer, y de ver, y de agarrar objetos en tus manos y verlo otra vez, y cambiarlo, y pensar…”.

Y otra el viaje, pero de ideas: “Los proyectos se van haciendo así, avanzan un poco y luego caen, se queden aquí recargados y entonces empieza otra vez, otro que avanza y de repente termina; entonces ya tengo un lugar vacío y viene otro, viene otra idea, viene otra cosa. Es como un ir y venir, si me va bien, de ideas; si me va mal, tengo la terminal vacía o atorada y nadie se mueve”.

Así, la gráfica se va expandiendo a un campo mayor: la ciencia, la botánica, el paisaje, la inter disciplina. “Lo que he hecho siempre es robar información, preguntando tú cómo trabajas; y al escritor cómo armas tu libro; y al poeta cómo armas tus líneas, qué haces primero y qué haces después, cuántas horas trabajas”. En la arquitectura, por ejemplo, encontró respuesta a la discusión sobre escala: “¿Qué grande tiene que ser un espacio?, ¿este espacio por qué tiene esta dimensión?”.

“El arte en México está muy sano y muy bien; el arte contemporáneo  tiene muchos exponentes de nivel internacional que antes no tenía. Hay una nueva generación, no la mía, la siguiente, que se está moviendo en todos lados".

Jan Hendrix

  • Jan Hendrix estudió arte casi por rebeldía ante el tradicionalismo familiar.  
  • Se formó en Holanda, donde mantuvo con influyentes artistas en Düsseldorf.
  • Más tarde estableció colaboración en México con Francisco Toledo y Gunther Gerzso.

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