GUANAJUATO

Bienal Femsa, entramado artístico

Más una veintena de espacios participan en la edición 15 de la Bienal Femsa, que este año comisionó a 29 artistas para escuchar La voz de la montaña

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía

El “entramado” de superficies transitables que la Bienal Femsa busca conformar desde hace tres ediciones inició en el Bajío mexicano. Catorce sedes en la ciudad de Guanajuato, y otro tanto en León, forman parte de la geografía que la edición 15 del encuentro ha desplegado con un eje basado “en la dimensión poética” del arte y que los curadores, encabezados por Mariana Munguía, bautizaron como La voz de la montaña.

Los puntos principales del encuentro concentran las 29 obras comisionadas para esta edición: se trata de una reunión variada, tanto en edades (la artista más fogueada es Magali Lara, nacida en 1956; mientras que el más joven es Tuxamee, nacido en 1996), como en procedencias y, sobre todo, en temáticas abordadas.

Ahí, en la cohesión curatorial, es donde quizás han surgido más dudas. Pamela Desjardins contó que en la mayoría de los proyectos estaban presentes temas como la relación con el territorio, la identidad, el paisaje y el cuerpo. La voz de la montaña, pensaron los curadores, “de alguna manera era una metáfora que unía estos cuatro elementos: la montaña como icono de representación en el arte, como un espacio sagrado de conexión con lo espiritual, como un espacio que demarca territorio”.

En el Museo del Pueblo de Guanajuato, por ejemplo, ubicado en la antigua casa del acaudalado minero Marqués de Rayas, el joven Salvador Xharicata (Cheram, Mich., 1996) monta una troje y reflexiona sobre la pérdida de la identidad y el esclavismo: sobre bancos de madera reproduce fragmentos de un documento del siglo XIX en el que se solicitan más indios purépechas para trabajar en las minas del marqués. Al mismo tiempo, presenta tres videos en los que se le ve trenzar su pelo, junto a su abuela y su madre, mientras repiten “Nint’ani” (Volver a casa).

Uno de los espacios que han alojado mejor la Bienal es el Museo de Arte e Historia de Guanajuato (MAHG), en León. Ahí, Josué Mejía (CDMX, 1994) anima “México negro”, cuadro pintado en 1942 por José Chávez Morado; sus piezas animadas buscan ser un presagio, casi apocalíptico, del futuro industrial y laboral en el Bajío y en todo el país.

Además de las comisiones, al cumplir 30 años la Bienal Femsa ha sido estructurada con otras cuatro secciones: Desplazamientos, curada por Eduardo Tomás, incluye tres presentaciones performáticas en vivo y un ciclo itinerante de cortos y largometrajes; Pie de monte, un encuentro de ediciones independiente en el MAHG que reúne publicaciones de todo el país y que incluso dio pie a la crítica mediante la distribución de carteles (a cargo de Miau Ediciones) que cuestionan el uso del agua por parte de Femsa; Relieves, que concentra el programa público y pedagógico mediante talleres, charlas, presentaciones y conferencias; así como la publicación de un catálogo que servirá como memoria del encuentro.    

PAL