CÚPULA

Antonio Nava: La calle, una entidad viva

La mirada de Antonio Nava se fue construyendo a partir de la conciencia social y las dinámicas que ofrece la urbe

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Fotos: Alfredo Pelcastre y Roberto Hernández

Las grandes imágenes de autores clásicos marcaron el ojo de Antonio Nava. El fotógrafo, colaborador de El Heraldo de México, nutrió su mirada repasando el trabajo de Andre Kertesz, Lazlo Moholy-Nagy, Henri Cartier-Bresson y Josef Koudelka, pero también de Mariana Yampolsky, Jose Luis Neyra y Enrique Bostelman.

Su guía era nada más y nada menos que otro hacedor de imágenes, el mexicano Lázaro Blanco, con quien cursaba el Taller de Fotografía de la Casa del Lago.

Una experiencia más acabó por confirmar su vocación: en 1993 acudió a una exposición de Werner Bischof y le conmovieron esas imágenes de hambruna en África, de luchas sociales y paisajes europeos desolados tras la Segunda Guerra Mundial.

Nava había conectado aquellas escenas con una herencia familiar: “En casa siempre tuvimos una educación social que con el paso del tiempo se convirtió en conciencia de clase”.

De ahí que el fotógrafo se reconoce como producto del gran movimiento urbano popular que surgió tras el sismo de 1985.

“Publicábamos bajo seudónimo y, en ese sentido, continúo documentando los cambios sociales, sean movimientos organizados o bien la vida diaria de la gente común. Me parece que hay que tener una posición política clara ante los acontecimientos que están frente a nosotros”, explica.

Créditos: (Alfredo Pelcastre y Roberto Hernández)

Siendo popular, el enfoque de Nava se construyó en las calles, su escenario natural siempre ha sido urbano; una mirada al vuelo a su trabajo permite constatarlo (en Instagram aparece como @navafotos).

En sus tomas hay personajes que parecen salidos de la imaginación, escenas que transitan entre el humor y la ironía, que hablan del instante preciso que no escapa para alguien acostumbrado a gastar suelas. La ciudad es, por tanto, “una entidad viva, que cambia, que se crea día con día, que no descansa”, apunta.

Ya sea la Ciudad de México u otras donde ha radicado o viajado, Nava está interesado en explorar las dinámicas urbanas, los cambios que se van sucediendo, esas cosas que escapan al peatón común.

“El Zócalo, por ejemplo, es una de las plazas públicas más fotografiadas del mundo y pasamos horas buscando algo diferente, en eso radica la capacidad de ver, de percibir la realidad de una manera distinta. En lo que a mi respecta me interesan los hechos lumínicos”.

Además del trabajo periodístico diario, el autor completa una serie de retratos callejeros utilizando una cámara analógica 6X6.

También desarrolla un proyecto en la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, en Puebla: “Me interesa documentar los cambios en la naturaleza, el lugar me parece mágico por su paisaje, por su contraste, por lo social”, dice.

Por Luis Carlos Sánchez

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