CÚPULA

Eje central, 20 km de historia

Una de las características más llamativas de esta vialidad es que tiene uno de los cruces más transitados

EDICIÓN IMPRESA

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En la Ciudad de México, escribió la historiadora Alejandrina Escudero, Eje Central Lázaro Cárdenas es una vialidad de larga tradición histórica y cultural; urbanistas, poetas, escritores y pintores se han ocupado de ella; los capitalinos y los visitantes, nacionales y extranjeros, han recorrido esa calle “viva y venenosa”, tal como la llamó Efraín Huerta.

Si una avenida ha sido históricamente retratada, esa es el Eje Central. Tan sólo en la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia existen imágenes de los años 30, con el Palacio de Bellas Artes de fondo y en el primer plano dos niños funcionando como semáforos humanos en el cruce con Francisco I Madero; mismo cruce que un siglo después es uno de los más transitados en todo el mundo. 

El Eje Central fue construido a lo largo de seis avenidas a las que sustituyó. Cuenta con dos nombres que se mantuvieron en el imaginario colectivo y son utilizados a la fecha, San Juan de Letrán, y Niño Perdido, divididas por la avenida Arcos de Belén. Además, el actual Eje comprende lo que era la avenida Panamá (al sur del Eje 8 Sur y hasta la calle Ajusco), el tramo sur de la calle Ajusco, que la une con Río Churubusco; y al norte, después de San Juan de Letrán, desde Madero cambiaba a Juan Ruiz de Alarcón, a partir de Tacuba se llamaba Aquiles Serdán, luego la calle Gabriel Leyva y la antigua calle de Santa María la Redonda, ampliada hasta entroncar con la Avenida de los Insurgentes.

Créditos: Especial e INAH

De acuerdo con Escudero, los primeros trabajos para convertirla en la calle principal de la ciudad surgieron en la década de 1930, cuando se inició su apertura y ensanchamiento; sin embargo, pasaron algunas décadas para que se convirtiera en la que hoy conocemos.

La historiadora, en una publicación para el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, la vitalidad de los 20 kilómetros que la conforman está enmarcada en la desembocadura de dos de los que fueron acueductos de la ciudad: la fuente de la Mariscala y la del Salto del Agua; el primer acueducto daba principio en la parte occidental de Chapultepec, recorría con sus 900 arcos la calzada de la Verónica y daba fin en la Mariscala.

El otro, con el mismo número de arcos, tenía su origen también cerca de Chapultepec, sus aguas transitaban por la calzada de Belém e iba a terminar en la Fuente del Salto del Agua. 

Durante el Porfiriato, esta calle se convirtió en un lugar privilegiado, elemento de unión entre la traza antigua y la moderna.

EEZ