La rodilla en el piso no siempre es por la derrota. Aunque Sergio Pérez no tuvo un buen fin de semana en el Fórmula 1 Gran Premio de la Ciudad de México presentado por Heineken, Eduardo Rodríguez llegó a la meta al pedirle matrimonio a su novia, Lupita Solís, en una carrera de contrastes.
Más de 154 mil aficionados se dieron cita en el Autódromo Hermanos Rodríguez el domingo, desde el que viajó en metro por única vez en el año, hasta quien ahorró los 365 días para asistir, y los que en el Paddock Club bailaron al ritmo de Los Ángeles Azules que llenaron la pista de cumbia, de Iztapalapa, para el mundo.
De alguna forma, Lalo, Lupita, y los dos espectadores, fueron parte de quienes, en tres días, contribuyeron a los 20 mil millones de pesos de derrama económica, que estimó según la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO).
“No encontré mejor momento que pedirle matrimonio aquí”, confesó Lalo. “Para mí ya se coronó el día, pero un buen premio sería abrazar a Checo”, aceleró Lupita, con anillo en mano.
Los gritos de “¡Beso, beso!”, se fundieron con los de “¡Checo, Checo!” en las zonas de descanso Heineken, con tribunas tricolores. “Checo, no choques, TQM”, se leyó en una pancarta. Al final, fue el “¡Carlos, Carlos!” y las mentadas a Lando Norris las que reinaron, además de la cumbia y el amor.
Más de cerca:
- Los fans votaron por el genero que querían escuchar en el After Race Show.
- La reventa tuvo poca afluencia por los boletos virtuales.
- Hubo movilización policial contra la piratería.
Por Francisco Domínguez
EEZ