El 70 por ciento de los casos de cáncer de mama en México se detecta en etapa tardía. “Son muchos factores, pero hay que empezar por el autocuidado y la capacitación personal que nos haría mucho bien para detectarlo oportunamente. La primera parte de la solución es la detección oportuna”, dice Eliza Puente, directora de Fundación CIMA.
Contrario a los mitos que asocian la enfermedad con la muerte, agrega, “el cáncer de mama es curable si se detecta a tiempo y si se trata adecuadamente, detectarlo a tiempo tiene mucho que ver con lo que hacemos para revisarnos, con la autoexploración, con la visita al médico, con saber nuestras flaquezas: si padecemos de azúcar alta, de colesterol o de ácido úrico, porque son comorbilidades que si aparece un cáncer de mama lo complican de manera muy particular”.
La Asociación Mexicana contra el Cáncer de Mama A. C., Fundación CIMA surgió hace más de dos décadas después de que su fundadora, Alejandra de Cima, fue diagnosticada con la enfermedad. Como parte de su aniversario y en el marco del Día Mundial contra el Cáncer de Mama (19 de octubre), reaparece Trazos. 20 años de vocación (Fundación CIMA / Textofilia), libro que recupera el trabajo de la asociación a lo largo de su existencia.

Una historia de “agradecimiento y congruencia”, cuya labor ha sido posible gracias al trabajo con empresas privadas que se han unido a la causa. En 22 años, “hemos podido ayudar aproximadamente a más de 650 mil personas de una u otra manera que se han enfrentado a la enfermedad”.
“Tenemos programas que tienen que ver con información, con educación, con ayuda directa, como la entrega gratuita de insumos postoperatorios, con grupos de apoyo emocional para pacientes de primera vez, pacientes de cáncer de mama metastásico; en nuestras páginas web www.cimafundacion.org y tantoporhacer.org tenemos y proporcionamos información”, cuenta Puente.
En la información está el trabajo principal: “En el 75, 85 por ciento de los casos el cáncer es curable y si se detecta a tiempo y se trata adecuadamente, esa es una ventana de oportunidad que tenemos para mantener la enfermedad como curable”. Sin embargo, lamenta, “no estamos haciendo los estudios o los estamos haciendo en un lugar donde no lo hacen correctamente, no nos ocupamos de pedir una segunda opinión. Si empezamos a mejorar estas circunstancias podríamos estar hablando de una enfermedad que no causa la muerte”, acota.
Por Luis Carlos Sánchez
EEZ