Una nueva leyenda alcanzó la inmortalidad. Franz Beckenbauer falleció a los 78 años de edad, siendo uno de los tres futbolistas en ser campeón del mundo, como jugador (1974) y técnico (1990), al lado del brasileño Mário Zagallo, y del francés Didier Deschamps.
Su fortaleza, visión y capacidad para ir al ataque, lo llevaron a ser considerado el mejor defensa de la historia. Por ello, es un ejemplo clásico de la posición de líbero.
Luego de que su hermano, Walter, admitió la semana pasada que El Káiser tenía complicaciones de salud, la familia Beckenbauer notificó la muerte del exzaguero, a través de un comunicado.
“Con profunda tristeza tenemos que anunciar que mi esposo y nuestro padre, falleció en paz mientras dormía, el domingo, rodeado por su familia. Les pedimos que nos permitan guardar luto en paz, y se abstengan de hacernos preguntas”, expresó dicha carta.
Pese a que no se dieron a conocer las causas de su muerte, Beckenbauer vio afectado su estado de salud, desde 2020, sobre todo por problemas cardíacos, en plena pandemia, por COVID-19.
Con su deceso, ya partieron los cinco mejores jugadores del Siglo XX, de acuerdo con la Federación Internacional de Historia y Estadística de Futbol (IFFHS): Pelé (1940-2022), Johan Cruyff (1947-2016), Alfredo Di Stéfano (1926-2014) y Diego Armando Maradona (1960-2020).
En la parte final de su vida, el excapitán de la selección teutona se recluyó en la entidad de Salzburgo, en Austria.
Su última aparición pública fue en el Allianz Arena, casa del club de sus amores (el Bayern München), ante el Borussia Monchengladbach (1-1), el 27 de agosto de 2022, en la Bundesliga.
Su ausencia en los funerales de Edson Arantes Do Nascimento, Pelé, hace un año, levantó más dudas sobre su estado de salud, y meses más tarde admitió, en una de sus últimas entrevistas, que perdió la vista en el ojo derecho.
Pese a que su imagen se vio afectada por las acusaciones de soborno del Mundial 2006, su legado deportivo es imborrable. Tras dos intentos fallidos, en 1966 y 1970, Beckenbauer logró el ansiado título del orbe, en 1974.
Tras su retiro, en 1983, tomó las riendas de la Mannschaft, y dos años después llevó a este equipo a la final de la edición en México, donde cayó ante Argentina en el Estadio Azteca (2-3). No obstante, en el Olímpico de Roma, alcanzó la gloria y la revancha ante la Albiceleste (1-0, en 1990).
“Su muerte es una dolorosa pérdida para el futbol alemán y mundial, del cual es una leyenda”, expresó Gianni Infantino, presidente de la FIFA. “Sus logros y triunfos quedaron grabados en la historia. Y a pesar de su popularidad y conocimiento, siempre tuvo los pies sobre la tierra”, finalizó.