Donald Trump derrotó ayer a la exembajadora de EU ante la ONU, Nikki Haley, en las primarias de New Hampshire, sumando una segunda victoria, que lo catapulta hacia la nominación republicana para las presidenciales del 5 de noviembre.
El resultado fue un revés para la exembajadora Haley, quien invirtió mucho tiempo y recursos financieros en ganar el estado. Pero dijo que la batalla "está lejos de terminar", tras perder ante Trump, quien aseguró el apoyo de al menos 11 de los 22 delegados que da New Hampshire.
El exmandatario obtenía 53.6% de los apoyos frente a 45.4% de Haley, cuando su triunfo fue proclamado antes del cierre del conteo definitivo.
Haley intensificó sus críticas a Trump, cuestionando su agudeza mental y presentándose como una candidata unificadora que marcaría el comienzo de un cambio generacional.
Sus palabras no tuvieron suficiente eco entre los votantes. Trump puede presumir ahora de ser el primer precandidato presidencial republicano que gana las contiendas en Iowa y Nuevo Hampshire desde que ambos estados empezaron a encabezar el calendario electoral en 1976, un signo sorprendente de la rapidez con que los republicanos han cerrado filas para convertirlo en su candidato por tercera vez consecutiva.
Horas antes de la votación el expresidente llamó a sus seguidores a movilizarse y votar para "ganar por un gran margen".
El expresidente aventajaba a Haley por casi 20 puntos en las encuestas para esta segunda elección a pesar de que está procesado en varios casos.
La retirada del gobernador de Florida, Ron DeSantis, considerado tiempo atrás como el principal rival de Trump, reduce la batalla a un duelo, que se antoja muy desigual.
Trump cuenta con una base de seguidores fieles y ganó las primarias de Iowa, el 15 de enero, con enorme ventaja sobre DeSantis y Haley, en tercer lugar.
El exmandatario, de 77 años, arrasó en New Hampshire y con ello se multiplican sus posibilidades para enfrentarse en noviembre a Biden.
Ayer también se celebraron primarias demócratas en New Hampshire, pero sin papeletas con el nombre de Joe Biden debido a desacuerdos con la rama local del partido, pero arrasó en la contienda.
Biden viajó a Virginia con su vicepresidenta Kamala Harris para defender en un mitin el derecho al aborto, amenazado o ya prohibido en gran medida en algunos estados gobernados por los republicanos.
"Donald Trump es el principal responsable de quitar esta libertad en EU", afirmó en un discurso interrumpido varias veces por manifestantes propalestinos.
Biden apunta el dedo acusador contra el republicano porque espera atraer votos, como los consiguió durante las elecciones de medio mandato.
Trump presume de que la supresión de la protección constitucional del derecho al aborto ha sido posible gracias a que él nombró varios jueces conservadores en la Corte Suprema, que fue la que tomó la decisión.
PAL