La aparición de la inteligencia artificial (IA) en herramientas creativas genera incertidumbre, pero abre nuevas posibilidades, es un inicio de exploración, así lo percibe Gerardo Montiel Klint, diseñador industrial y fotógrafo quien por curiosidad incursionó en esta nueva realidad.
A sugerencia de un colega, Montiel Klint empezó a utilizar herramientas de inteligencia artificial en 2020, y desarrolló un proyecto que le regresó la capacidad de asombro.
“La Doctrina” es su más reciente libro creado con fotografías de su autoría y variaciones que la inteligencia artificial le ofreció.
“Son imágenes de apercepción con figuras antropomórficas, no necesariamente son humanos, pero te genera conflicto o estrés porque son imágenes perturbadoras, tuve que engañar al algoritmo, modificar las fotos para que la inteligencia artificial no reconociera cuerpos o máquinas y así hice el libro”, explicó Gerardo Montiel en entrevista con El Heraldo de México.
El trabajo de Montiel Klint busca provocar, generar conflictos en el espectador para que cuestione lo que está pasando en la imagen.
“Vivimos en el imperio de la imagen y la fotografía tiene un lugar muy singular; sin embargo en los últimos años ésta acumulación de imágenes sin sentido no me emociona en lo más mínimo, se debe reflexionar mucho acerca de la inteligencia artificial, podemos caer en lo superficial, en lo que no genera un conflicto, está bien para la publicidad pero para la reflexión no”, puntualizó.
En esta nueva forma de trabajar, Gerardo encontró censura al trabajo creativo que, a su vez, lo llevaron a desafiar a este gran cerebro de información que actúa sobre patrones, un espacio que el artista calificó como perverso y al que, dijo, se debe fracturar para no perder la visión subversiva y quedarse en lo banal.
“Me parece una gran herramienta, pero hay que tener cuidado, para cuestiones creativas hay cosas increíbles, el problema es que vienen tiempos complicados en donde no vamos a poder definir qué es verdad o mentira”, detalló.
Su libro “La Doctrina”, de la editorial Rhuinas contiene una colección de 89 fotografías con un tiraje de trescientas ediciones.
“Fue un proceso más rápido que hacer la puesta en escena, para que yo haga una serie me tardo mínimo 2 años, vengo de la fotografía de estudio donde todo lo que está en la foto lo tuve frente a la cámara y con la inteligencia artificial no, además no me hubiera sentido cómodo haciendo esas fotografías, son perturbadoras porque uno mismo empieza a proyectarse”, señaló.
Gerardo Montiel Klint aseguró que la inteligencia artificial llegó para quedarse y no se le debe tener miedo, su uso dependerá de la ética y sugirió ser contestatario para desafiar a esta herramienta tecnológica.
PAL