MADRID. España se prepara para una de las citas electorales más importantes de su historia. Según las proyecciones de voto, el mapa dará un vuelco otorgando una gran victoria para la derecha, como no se había visto desde 2011, cuando el Partido Popular (PP) arrasó rompiendo la hegemonía del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Las encuestas reflejan que más de 70% de los españoles cree que el PP, principal fuerza de la oposición, liderada por Alberto Nuñez Feijóo, será la más votada en las presidenciales y legislativas del 23 de julio.
Según un barómetro, los "populares" alcanzarían 153 escaños de los 349 del Congreso de los Diputados, frente a los 104 de los socialistas.
Vox, el partido de la ultraderecha, podría contribuir con sus votos a que la derecha moderada gobierne con una holgada mayoría absoluta con 188 diputados en la Cámara baja para los próximos 4 años. De hecho, con 175 escaños se alcanza la mayoría en el Parlamento.
La fragmentación de la Izquierda, con un PSOE enfrentado durante la última legislatura contra sus socios de gobierno de Unidas Podemos de corte populista, le pasó factura al presidente Sánchez, quien jamás se imaginó perder bastiones tan importantes como las alcaldías de Sevilla y Valencia.
Leyes como "Sólo sí es sí" aprobada por petición de la ministra de Igualdad de Unidas Podemos, que por un defecto de fondo ha permitido que centenares de delincuentes sexuales (violadores y pederastas) salgan de la cárcel o vean reducidas sus penas, hicieron mella en la moral de la sociedad y ensombrecieron otras iniciativas como la ley de vivienda, para que los jóvenes puedan independizarse con rentas asequibles.
Parece que se desvanecieron los logros de Sánchez, que en su última legislatura enfrentó con determinación la pandemia de COVID, se puso del lado de los aliados de Ucrania y desplegó una estrategia para visibilizar a España y ganar peso en el exterior para asumir la Presidencia del Consejo de la Unión Europea.
Voto latino, sin fuerza
Unos 37 millones de españoles con derecho a voto de una población de 47 millones de habitantes, están llamados a las urnas este mes. Entre estos ciudadanos hay un millón y medio de migrantes latinos.
Su participación puede marcar una tendencia que sería determinante si el resultado fuera muy ajustado. Pero para los expertos, los políticos no identifican a este colectivo.
En opinión del catedrático de Ciencia Política, Santiago Pérez-Nievas, "en EU el concepto 'latino' tiene un significado político, existe una identificación de grupo, también por el idioma. En España esto no pasa".
Ni siquiera hay estudios que hablen del comportamiento, los gustos y necesidades reales de los migrantes, pese a que cada vez llegan más de países como Venezuela, Colombia o Perú, sin contar los ecuatorianos, dominicanos y argentinos que llevan años arraigados en España.
LSN