Los bajos niveles del sistema Cutzamala amenazan con reducir el abasto de agua para finales de este año, aunado a que la sequía en la entidad ha aumentado drásticamente en un año.
José Antonio Ordóñez Díaz, experto de la UNAM, señaló que “actualmente, el sistema Cutzamala ya se encuentra colapsado, con niveles históricos mínimos, situación que generará que para las fiestas navideñas y cierre de este año los ciudadanos de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se queden sin agua potable”.
El especialista comentó que se trata de la megalópolis con mayor densidad poblacional del país, con 21 millones de habitantes, donde la falta de planeación, la transformación de la cobertura vegetal en áreas urbanas y la deforestación agudizan el problema. En el Edomex sólo 39 por ciento de su superficie es vegetal.
El también profesor del Tec de Monterrey alertó que el tiempo nos alcanzó: “Aunque todavía se prevén lluvias para este invierno y el año que entra, no garantizan el abasto para las comunidades, y el riesgo de que se sequen por completo las presas del Cutzamala está latente, no se ha hecho nada para recuperar los ecosistemas”.
Por otro lado, mientras que en 2022 la sequía se presentaba en 13.6 por ciento de los municipios, en este año se ha extendido en 94.4 por ciento, que advierte que la crisis hídrica será más severa para 2024.
El reporte del Monitor de Sequía del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) arroja dicho escenario para 118 de las 125 demarcaciones de la entidad.
A diferencia del año pasado, la categoría anormalmente seco sólo se concentra en siete municipios, que tiene relevancia porque aún no es un indicador de aridez como el resto. En esa situación están Chiautla, Chiconcuac, Otumba, Papalotla, San Martín de las Pirámides, Teotihuacán y Tepetlaoxtoc.
En contraste, otras 71 demarcaciones se ubican en sequía moderada, misma que provoca ya daños en cultivos y pastos.
Otros 24 municipios tienen sequía severa, que ya marca pérdidas de cultivos o pasto; y 23 localidades más se sitúan en sequía extrema, que eleva el riesgo de incendios forestales y restricciones del líquido.
Por Leticia Ríos y Gerardo García
EEZ