Crecimiento económico a paso lento, escasa inversión y presiones inflacionarias son situaciones a las que los últimos gobiernos se han enfrentado.
Según expertos, ese Mexican Moment existente no termina por aterrizar, pese a la agresiva agenda de reformas que caracterizó a la administración pasada y la presencia del nearshoring, en el actual gobierno.
Y si bien, ambas administraciones sufrieron choques, economistas y analistas subrayan que no pueden ser comparables en los hechos, ya que actualmente se ha vivido una crisis sanitaria.
El crecimiento promedio registrado en el sexenio pasado fue de 2.4 por ciento anual, por arriba del potencial de México de 2.0 por ciento, mientras que en los primeros cuatro años del gobierno actual ha sido de 0.1 por ciento, refirió Montserrat Aldave, economista principal de Finamex Casa de Bolsa.
Y aún cuando en los últimos dos años de gobierno se alcance 3.0 por ciento estimado por el gobierno, el PIB habría crecido en promedio en el sexenio 0.9 por ciento, precisó la especialista.
En inversión, la situación no ha cambiado mucho en el país, porque México se ha caracterizado en las últimas dos décadas por tener un déficit, dijo Marcos Arias Novelo, analista económico de Monex Grupo Financiero.
En el caso de la Inversión Fija Bruta, en el sexenio pasado, la tasa de crecimiento anual promedio fue de 0.8 por ciento; en el sexenio actual ha sido una contracción de 1.5 por ciento, detalló Montserrat Aldave, de Monex.
En cuanto a inversión privada, agregó, en el periodo pasado se observó una tasa promedio de 2.0 por ciento, por el optimismo de la reforma energética aprobada y el momento mexicano; actualmente, es de menos 0.1 por ciento.
En la Inversión Extranjera Directa (IED), en el gobierno anterior se tuvo un crecimiento promedio anual de 16.6 por ciento, por la reforma energética, mientras que en el actual gobierno ha sido de 1.7 por ciento, explicó Aldave.
En la inflación, los últimos dos gobiernos tuvieron que enfrentar choques externos, aunque no de las mismas magnitudes.
En la administración pasada, la variación general anual promedio fue de 4.0 por ciento, y en la actual, de diciembre de 2018 hasta marzo, ha sido de 5.3 por ciento.
Es importante ver qué pasó en el inter en cada administración y la forma de conducir la política monetaria de Banxico, dijo Pamela Díaz Loubet, economista para México de BNP Paribas.
Detalló que el sexenio anterior se puede dividir en dos frentes, uno que es la parte inicial, en donde la inflación estuvo más controlada con algunos periodos por debajo del objetivo de 3 por ciento, sobre todo porque las reformas estructurales ayudaron a algunos precios de la subyacente.
En la segunda parte se empezaron a tener choques externos e internos relacionados con la inflación, como la caída en precios del petróleo en 2015-2016 y con ello un cambio en la cuenta corriente de México.
Además de un impacto negativo en las finanzas públicas, la liberación de precios de las gasolinas en 2017, riesgos geopolíticos como las elecciones de EU, la renegociación del Tratado de Libre Comercio y el Brexit, que e su conjunto llevaron a una depreciación del peso y una decisión de política monetaria extemporánea.
A decir de Pamela Díaz, en el actual gobierno también ha sido un sexenio complicado para los precios al consumidor, porque ya se venían divergencias.
Explicó que el debate es que la subyacente no ha dado una tendencia clara a la baja y cuando se habla de su resistencia, también hay elementos de la estructura que tiene el mercado en México y que van más allá de los efectos del COVID-19 y la guerra en Ucrania.
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