La agencia Latin NCAP, que realiza pruebas de impacto en vehículos para evidenciar las debilidades de las unidades, pidió al gobierno federal ser coherente en sus políticas para mejorar la seguridad vial en el país, y criticó la importación sin límites de autos usados, los llamados chocolate.
En entrevista con El Heraldo de México, Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP, dijo que las recomendaciones para importar unidades de segunda mano son excluir a los autos siniestrados o modificados y que la edad no sea mayor a cinco años.
“Importar modelos de más de 10 años es una ventana muy grande. Lo que ampara a estas restricciones son temas concernientes a la seguridad y lo ambiental”, dijo el ejecutivo.
Desde enero de 2022, el gobierno federal decretó la regularización de autos usados con más de 10 años de antigüedad, lo que ha impulsado la importación de vehículos usados desde Estados Unidos; mientras tanto, las autoridades reportan 30 por ciento de incremento en accidentes viales en el último lustro.
El argumento de la actual administración fue que hay personas que no pueden pagar por el precio de los autos y los necesitan para trabajar.
¿Qué opciones hay para ofrecer un mejor transporte?
Legalizar autos usados son medidas populares bien recibidas por la población con menos plata para acceder a un auto. Esto se percibe con un buen fin, de que la gente tenga un transporte confortable y seguro, pero quizás el camino no es el correcto.
Se debería interceder de alguna manera para que se puedan acceder a vehículos de fabricación nacional con estándares requeridos o
importados.
Agregó que se puede alcanzar un acuerdo con la industria nacional para hacer programas de renovación de flota. “Argentina y Brasil dieron un empujón con subsidios, se facilitó la renovación, la industria local y a su vez la seguridad de las personas y las emisiones”, señaló Furas.
Propuso establecer también el etiquetado de estrellas en vehículos, para que los consumidores compren mejor informados.
PAL