El consumo de las familias y la Inversión Fija Bruta (IFB), los dos motores internos más importantes de la economía mexicana, registraron caídas históricas en 2020 debido a las afectaciones derivadas de la pandemia.
La demanda interna cayó 11 por ciento el año pasado, la mayor contracción desde 1994 que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) tiene cifras disponibles.
En la crisis financiera de 2009, el consumo bajó 4.8 por ciento, mientras que en la crisis de 1995 retrocedió 6 por ciento. En tanto, la IFB, definida como el gasto en maquinaria, equipo y construcción, retrocedió 18.2 por ciento, su mayor contracción desde la crisis de 1995.
“Al comienzo de 2021 el escenario para la recuperación del consumo continuó siendo complejo, debido a mayores restricciones sanitarias y el deterioro del mercado laboral”, señaló Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
En tanto, la inversión acumula 26 meses de variaciones anuales negativas, y desde su pico, en diciembre de 2016, la caída asciende a 21.2 por ciento, señaló Marcos Arias, analista de Monex.
“Dado que en 2021 la incertidumbre aún es bastante elevada, pensamos que la situación que enfrenta la inversión se asemeja a la de la crisis de 2001. En dicha ocasión, posterior al estallido de la burbuja tecnológica y a los eventos de América Latina que fueron los principales detonantes de la contracción económica, la inversión en México permaneció atónica durante baste tiempo y tardó en recuperarse casi cinco años”, señaló.
Por: Fernando Franco